Apoyando a defensoras locales y organizaciones comunitarias para que se involucren estratégicamente con los órganos de los tratados.

Mayra Gomez, Ex codirectora ejecutiva Global Initiative for Economic, Social and Cultural Rights
  1. Describa su experiencia y su trabajo actual con los informes paralelos.

GI-ESCR trabaja con los informes paralelos sobre los derechos a la tierra de la mujer con el CESCR, la CEDAW y el Comité de Derechos Humanos.  Hasta ahora hemos presentado más de 40 de estos informes, la amplia mayoría en sociedad con grupos locales y nacionales, y hemos logrado toda una gama de decisiones progresistas que se han empleado para fortalecer la incidencia local.  Hemos buscado denunciar patrones de discriminación contra la mujer tanto de facto como de jure y abordar cómo la discriminación interseccional afecta a diferentes grupos de mujeres en relación con la tierra.  Siempre que fue posible y que los recursos lo permitieron, llevamos a Ginebra a nuestros aliados para que participen directamente en estos procesos de revisión.

Nos centramos en los derechos de la mujer a la tierra y los recursos productivos, porque en muchos lugares del mundo a las mujeres se les suele negar el acceso a los recursos productivos como la tierra debido a patrones enraizados de exclusión y discriminación de género.  Esta situación refleja y profundiza la desigualdad de género, y las deja a las mujeres mucho más vulnerables a las múltiples amenazas de la inseguridad alimentaria, la violencia, la marginación y el empobrecimiento económico, así como en muchos casos a los devastadores efectos del VIH/SIDA.  Los niveles de protección legal son desiguales y en muchos países sigue habiendo lagunas considerables en los marcos legales. Gran parte del desafío pendiente gira alrededor de la aplicación y el cumplimiento, así como de la concientización de la opinión pública y el cambio de las prácticas sobre el terreno.

  1. Comparta con nosotros una o dos experiencias exitosas con los informes paralelos.

 

Como organización, nos aliamos a defensores locales para ejercer un papel clave en la creación de «ventajas» estratégicas en los espacios internacionales de los derechos humanos, las que luego pueden fortalecer el trabajo de incidencia de esos aliados en el terreno.

A esto lo logramos de la siguiente manera:

  • Presentando informes/declaraciones escritas y orales conjuntas
  • Llevando aliados a Ginebra y apoyando su participación directa cuando sea posible
  • Ayudando a apoyar proyectos de despliegue local
  • Asistiendo en la capacitación y el trabajo de incidencia de los aliados
  • Elevando el perfil de los derechos a la tierra de la mujer en los espacios regionales e internacionales de derechos humanos

Un buen ejemplo de nuestro trabajo (y de cómo tratamos de colaborar) ha sido nuestra asociación con ActionAid en Burundi.  Aunque la ley escrita en Burundi defiende la noción de la igualdad de género, el derecho consuetudinario normalmente discrimina contra la mujer respecto de los derechos a la tierra y sucesorios. La mayoría de los títulos de propiedad de la tierra en Burundi se heredan.  En Burundi no existe una ley que prevea específicamente la igualdad de derechos de la mujer respecto de la herencia y esta última se rige mayormente por las leyes consuetudinarias, que discriminan contra la mujer.  Las consecuencias negativas de la ausencia de un derecho de sucesión incluyen la falta de empoderamiento de las mujeres y la continuación de la violencia contra la mujer, en particular en el marco de disputas relacionadas con la tierra.

Con nuestro aliado ActionAid Burundi, GI-ESCR presentó informes paralelos ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU (2014), el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU (2015) y el Comité de la CEDAW (2016) en los que denunció violaciones de los derechos a la tierra de las mujeres en Burundi. En los tres casos logramos asegurar que los Comités le hicieran fuertes recomendaciones al gobierno de Burundi sobre el fortalecimiento de los derechos a la tierra de las mujeres.  Las recomendaciones incluyeron:

  • Adoptar una ley nacional de sucesiones para proteger los derechos sucesorios igualitarios de la mujer.
  • Introducir protecciones para asegurar los derechos a la tenencia de la tierra de las mujeres en todo el procedimiento de registro de tierras, y para abordar el problema de la desigualdad de derechos a la tierra y la propiedad en general de las mujeres en la política de tierras.
  • Presentar información sobre medidas tomadas para implementar y resolver expresamente el problema del derecho a la tierra y la propiedad de la mujer, y dar detalles sobre la situación real que enfrentan las mujeres en este sentido. 

En Burundi, ActionAid Burundi trabajó para difundir las Observaciones Finales, centrándose en conscientizar a las mujeres en el ámbito local.  Debido a que la Iniciativa Kilimanjaro fue el centro del trabajo de ActionAid Burundi sobre los derechos a la tierra de las mujeres del país, las actividades destinadas a concientizar a las comunidades y mujeres rurales sobre las Observaciones Finales contribuyeron con ese trabajo general de incidencia.  Se organizaron cuatro sesiones de capacitación en el ámbito de las comunidades de las provincias de Rutana y Ruyigi, a las que asistieron 201 representantes de mujeres que fueron informadas acerca del contenido de las Observaciones Finales del CESCR.  Mujeres y hombres fueron informados acerca de las recomendaciones de la ONU de anular los aspectos del derecho consuetudinario de Burundi que discriminan contra la mujer en todos los asuntos relacionados con la tierra y de que el Estado debe adoptar una ley que proteja los derechos de sucesión igualitarios de la mujer.

 

  1. ¿De qué manera fue útil para su trabajo el proceso de informes paralelos y qué le permitió hacer o lograr? ¿Cuáles fueron algunas limitaciones o desafíos?

 

Trabajamos con el proceso de informes paralelos porque creemos que el derecho internacional de los derechos humanos debe tener un papel crítico en cómo se abordan estos temas. Los derechos igualitarios de la mujer a la tierra están bien establecidos en las leyes y estándares internacionales de derechos humanos, incluyendo la protección específica para las mujeres de zonas rurales prevista en el artículo 14 de la CEDAW.  Por lo tanto, los órganos de tratados internacionales de derechos humanos pueden ser mecanismos poderosos para destacar las violaciones relacionadas con los derechos a la propiedad y la tierra de la mujer, alentando buenas prácticas de los Estados y exigiendo que asuman su responsabilidad cuando ocurren violaciones.

 

Sin embargo, existen muchos desafíos, como los costos y la logística a la hora de llevar aliados a Ginebra, y para coordinar informes cumpliendo con los cronogramas de los diversos Comités.  También sentimos que es muy importante que los éxitos logrados por medio de los informes paralelos tengan una salida en términos de la incidencia local. Continuar el proceso de incidencia después de Ginebra comienza con difundir ampliamente las Observaciones Finales. Es importante asegurar que quienes toman decisiones en el ámbito nacional y los titulares de derechos conozcan y entiendan las Observaciones Finales, por ejemplo, publicando un comunicado de prensa, organizando foros, talleres, reuniones y consultas con una amplia gama de partes interesadas.  Contactar a autoridades gubernamentales locales para discutir las cuestiones identificadas en las Observaciones Finales puede ser una manera útil de abrir un nuevo diálogo con el gobierno. Las ONG locales con frecuencia forman coaliciones que diseñan estrategias para monitorear la implementación de las Observaciones Finales, recopilan datos, continúan presionando al gobierno y concientizando sobre las Observaciones Finales en el ámbito de la comunidad.

 

  1. ¿Cómo trabajó/ha estado trabajando hacia la aplicación de las observaciones finales?

 

Si, la aplicación sigue siendo un desafío y en parte es por eso que trabajamos asociándonos a grupos locales y nacionales.  Estos grupos llevan la iniciativa sobre la aplicación, aunque tratamos de asistirlos siempre que podamos (ver el ejemplo anterior con ActionAid Burundi).

Además, otros ejemplos similares incluyen:

  • En Kenia, nuestro trabajo de incidencia con aliados a lo largo del tiempo ha conducido a muy buenas Observaciones Finales sobre los derechos a la tierra de la  mujer del CESCR (2016) y el Comité de DDHH (2012).  En ese país, nuestro aliado FIDA-Kenya realizó una reunión de estrategia en Nairobi con actores estatales y no estatales. La reunión, cuyo objetivo fue difundir las Observaciones Finales sobre Kenia del CESCR, atrajo a representantes de varias ONG e instituciones nacionales clave, incluyendo la Comisión Nacional de Género e Igualdad (National Gender and Equality Commission).

 

  • En Ghana, trabajamos con IGED-Africa para desarrollar un paquete informativo sobre las secciones pertinentes de las Observaciones Finales del Comité de la CEDAW (2015) a fin de difundirlo ampliamente con OSC y aprovecharlo para trabajar con ministerios gubernamentales relacionados.

 

  • En Uganda, trabajamos con nuestro aliado, Center on Economic, Social and Cultural Rights in Africa (CESCRA), para promover la implementación de las Observaciones Finales de Uganda del CESCR (2015).  Se realizó una reunión con el Ministerio de Género y varias OSC (participaron Equal Opportunity Commission, Uganda Human Rights Commission, UWONET,  HURINET, ULA, ISER, SEATINI y algunos comisionados del Ministerio de Género). 

 

  1. ¿Qué les sugeriría a otros miembros que están pensando en trabajar con órganos de tratados?

Trabajar con los órganos de tratados internacionales de derechos humanos puede ser una estrategia efectiva y potente, pero no debería ser la única estrategia.  Debería formar parte de un enfoque de incidencia más amplio y las organizaciones deberían tratar de aclarar tanto como sea posible los objetivos específicos que tienen cuando trabajan con estos procesos.  En otras palabras, es importante tener en claro los resultados deseados y comunicarlos abiertamente en el contacto con los Comités.  También es mejor tratar de trabajar directamente con los mecanismos y venir a Ginebra siempre que sea posible.  Al trabajar con los órganos de tratados, puede ser útil ponerse en contacto con una organización como GI-ESCR, que ya tiene una larga experiencia con estos mecanismos y puede ofrecer asistencia para sus actividades.