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Los comerciantes informales en Venezuela
A través de los años, los comerciantes informales han ido legitimando su actividad y obteniendo derechos reconocibles dentro del ámbito laboral independiente. Discutir la informalidad es caer en una gran paradoja, que nunca terminará. En una lucha por ocupar el espacio publico, los trabajadores informales simultáneamente han buscado re-obtener su derecho a oportunidades de trabajo.
Los comerciantes informales han ido obteniendo puestos por muchos medios. En algunos casos cedidos por familiares o amigos, invadidos violentamente u ocupados de forma no violenta mediante la adquisición de un permiso de la municipalidad, organización específica de buhoneros o líder local. Muchos de los comerciantes que han obtenido su puesto por medio de ocupación no-violenta, lo consiguen yendo todos los días, hablando con las personas de la zona y vendiendo en el sitio de manera precaria (sobre una manta, maletín, mesa liviana desmontable, o hasta en el mismo suelo), creando con su presencia una ficción de dominio mediante el uso continuado, lo que en otras palabras se refiere hacer el punto de venta
En el argot del medio, el espacio así conquistado, se obtuvo "guapeando", es decir, definiendo y cuidando el espacio y estableciendo en la práctica un "esto es mío, no tuyo". Otros compran o alquilan el puesto, siendo este medio el más común entre personas con poco tiempo en la actividad. Algunos recurren a los líderes de la zona, coordinadores de cuadras y organizaciones de buhoneros para solicitar un permiso directamente de estos, o su intermediación para solicitarlo a las autoridades. En determinados casos, esto involucra un intercambio monetario y en otros no, pero generalmente algún tipo de cooperación o servicio a la asociación o grupo. Estas transacciones constituyen una forma institucionalizada para apropiarse de su derecho al trabajo.
En otros casos, los comerciantes no creen que tengan un derecho a usar la calle, sino más bien el derecho a trabajar en ella, y que ese derecho al trabajo les da la oportunidad de ser auto-empleado en el sector comercial informal.
Constitucionalmente, el derecho al trabajo y el derecho a la propiedad estarían al mismo nivel, pero en la práctica, el Estado parece darle una mayor importancia al derecho al trabajo. Según estudios realizados los comerciantes informales, parecen estar de acuerdo con esto, aunque un 67% de comerciantes reconocen que la Constitución no les otorga el derecho a ocupar la calle, casi un tercio de ellos indican que el Art. 87 de la Constitución claramente indica que tienen derecho a trabajar como trabajadores no-dependientes.
Finalmente todos tienen derecho al trabajo, pese a las muchas dificultades que conlleva ser comerciante informal, acarreando con inconveniencias y enfrentamientos que pueden llegar a terminar en malos entendidos.
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