Los gobiernos deben proteger a las personas, no a la élite corporativa

Fecha de Publicación: 
Martes, 21 Abril 2020

Respuesta del Grupo de Trabajo de Rendición de Cuentas Corporativa a la Crisis del COVID-19

El Grupo de Trabajo de Rendición de Cuentas Corporativa (GTRCC) cree firmemente en nuestro papel como parte de la comunidad global para dar forma a una nueva realidad en la que el bienestar de las personas tenga prioridad sobre las ganancias de las empresas. En una reciente llamada del Grupo de Trabajo, el Consejo de Pueblos Wuxhtaj, un movimiento social miembro del GTRCC, expresó que “los esfuerzos colectivos y la solidaridad son la única forma de salir de esta crisis del COVID-19 y otros desafíos políticos y económicos globales y sistémicos. Necesitamos enfrentar las políticas salvajes que han beneficiado a una pequeña minoría de las élites mundiales y las grandes empresas mientras trabajan contra la mayoría de las personas, particularmente contra las mujeres, los inmigrantes, las minorías étnicas, los solicitantes de asilo, los refugiados y las comunidades indígenas”.

El trabajo del GTRCC lleva mucho tiempo subrayando el hecho de que el poder corporativo limita el acceso universal a los derechos fundamentales. Lo hace no solo a través de la explotación, el despojo y los abusos directos de los derechos de los trabajadores y ambientales, sino también a través de la captura corporativa de la formulación de políticas públicas, para priorizar las ganancias de las empresas sobre la realización de los derechos humanos. La pandemia del COVID-19 y las respuestas a la crisis han tenido un efecto lupa sobre las profundas fracturas y desigualdades de las sociedades, y sobre el desmantelamiento de servicios públicos vitales para los derechos como la atención médica, en beneficio de los actores corporativos. Con la pérdida masiva de empleos y el colapso de las economías informales, la crisis del COVID-19 ha puesto nuevamente en evidencia por qué oponemos resistencia a nuestros sistemas políticos y económicos actuales, conectados a una historia mucho más profunda de patriarcado, discriminación, colonización, imperialismo y capitalismo. Es importante tener en cuenta que la mayoría de las personas que trabajan en el cuidado de la salud y en condiciones más precarias y mal remuneradas son mujeres.

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Los gobiernos deben proteger a las personas, no a la élite corporativa