La COP26 no cumplió con sus compromisos en materia de derechos y justicia

Fecha de Publicación: 
Domingo, 14 Noviembre 2021

A pesar de las graves advertencias por parte de la comunidad científica y de los urgentes llamamientos de los movimientos sociales, los pueblos indígenas y la sociedad civil sobre la urgente necesidad de tomar medidas adecuadas para lograr un planeta habitable, la COP26 no cumplió con sus compromisos. Los países del norte global y las empresas transnacionales (a través de su influencia en el proceso) protegieron sus intereses y priorizaron los mecanismos de mercado por encima de las necesidades reales de las personas que se encuentran en primera línea de la crisis climática. La necesidad urgente del momento no es “la droga tranquilizadora del gradualismo” ni los compromisos progresivos, sino una acción audaz y decisiva para mantener el aumento de la temperatura por debajo de 1,5 grados, así como la prestación de un apoyo tangible al servicio de las comunidades de primera línea y de las naciones endeudadas, de acuerdo con la responsabilidad histórica y la solidaridad mundial.

Conforme las naciones insulares desaparecen y millones de personas ya sufren daños devastadores en materia de derechos humanos a causa de los efectos del cambio climático –sobre todo las personas más marginadas, y las mujeres y las niñas se enfrentan a una carga desproporcionada—, las naciones ricas no proporcionaron ningún apoyo real para la financiación de pérdidas y daños. Los más afectados son los que menos han contribuido a provocar y agravar la crisis climática. Mientras tanto, los peores contaminadores históricos y actuales, con los mayores recursos disponibles, siguen eludiendo la responsabilidad y amenazando la solidaridad mundial. Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros, han bloqueado los avances en la creación de un mecanismo de financiación para pérdidas y daños, a pesar de que este llamamiento procede de todo el mundo en desarrollo, que representa a miles de millones de personas. Para poner esto en perspectiva, la industria de los combustibles fósiles recibe 11 millones de dólares en subvenciones por minuto. Lo que se ofreció para abordar las pérdidas y daños fue un “diálogo”, la promesa de más palabras vacías. Mientras tanto, las normas sobre los mercados de carbono (denunciadas como una falsa solución), se adoptaron con importantes lagunas y sin siquiera suficientes salvaguardias, lo que socava la ambición y plantea mayores riesgos para los derechos humanos, la soberanía indígena y la justicia social, poniendo aún más en peligro a los ya asediados defensores de los derechos humanos medioambientales. El “código rojo para la humanidad” no son solo las realidades científicas, sino la falta de voluntad política para hacer lo necesario. Las marcadas desigualdades globales del proceso de la COP26 –enraizadas en largas historias de colonialismo e imperialismo— no son sorprendentes pero sí profundamente inquietantes.

Esta fue una COP excepcionalmente excluyente debido al apartheid y la mala gestión de las vacunas, ya que incluso las personas que acudieron a Glasgow se enfrentaron a restricciones de acceso sin precedentes. Además, la captura corporativa de la toma de decisiones sobre el clima quedó patente en la COP26, donde al menos 500 grupos de presión de los combustibles fósiles tuvieron acceso oficial. Las barreras a la participación de quienes se enfrentan a los impactos y a los motores estructurales de la crisis climática, así como el dominio de las corporaciones en la toma de decisiones públicas, contribuyeron a los débiles y terriblemente inadecuados resultados finales de Glasgow.

No seremos receptores pasivos de la injusticia. Miles de personas salieron a la calle durante la COP26 para pedir una acción climática real. Los movimientos populares, cada vez más numerosos, seguirán movilizándose y organizándose para exigir responsabilidades a los grandes contaminadores y desmantelar los sistemas de opresión, en favor del medio ambiente natural y de nuestras generaciones presentes y futuras, centrándose en la justicia climática, la igualdad de género y los derechos humanos. Confiamos profundamente en que el pueblo prevalecerá. En un poderoso llamamiento a la acción, Kavita Naidu, abogada internacional de derechos humanos y miembro del Grupo Asesor sobre Medio Ambiente y Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Red-DESC, dijo durante su intervención en la sesión plenaria de los pueblos en la COP26 (en representación del  Grupo de Mujeres y Género): “Mi mensaje hoy aquí es que luchemos y opongamos resistencia. Nos defenderemos con más fuerza, nos uniremos con más fuerza, exigiremos soluciones justas y equitativas, arrastraremos a las empresas a los tribunales, aplastaremos el patriarcado. ¡Poder popular, justicia climática!

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Declaración sobre la COP26 del Grupo de Mujeres y Género (la Red-DESC forma parte de este grupo): https://womengenderclimate.org/press-release-the-power-is-with-us-cop26-fails-people-planet/

Declaraciones clave sobre la COP 26 de los/las miembros:

Documentos de resultados relevantes de la COP 26 (en inglés):

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Nuestras demandas de cara a la COP: Nota informativa de la Red-DESC sobre pérdidas y daños con un enfoque en los derechos humanos:

https://www.escr-net.org/sites/default/files/spanish_cop_26_briefing_note_loss_and_damage_compressed.pdf