Organización de los Estados Americanos/
Universidad de Harvard

Proyecto en Colombia

 

Observaciones y Recomendaciones
sobre el caso del Bloque Samoré

 

 

Unidad para la Promoción de la Democracia
Noviembre de 1998
Washington, D.C.

Secretario General

    César Gaviria

Secretario General Adjunto

    Christopher R. Thomas

 

Coordinadora Ejecutiva de la Unidad para la Promoción de la Democracia

   
Elizabeth M. Spehar

   

Autores: Dr. Theodore Macdonald
              Prof. S. James Anaya.

              Programa sobre Sanciones No Violentas y Sobrevivencia Cultural
              Centro para Asuntos Internacionales. Universidad de Harvard.

               Lic. Yadira Soto, Especialista
               Unidad para la Promoción de la Democracia
               Organización de los Estados Americanos

Este informe ha sido editado y aprobado por la Unidad para la Promoción de la Democracia (UPD) de la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Las ideas, afirmaciones y opiniones expresadas en los trabajos no so necesariamente las de la OEA ni de sus Estados miembros. La responsabilidad de las mismas compete a las áreas respectivas o a sus autores.

La nota que aparece al pie de la página 18 actualiza la información de este informe; sin embargo, el informe no ha cambiado en su contenido desde que fue dado a conocer en septiembre de 1997.

 

 

 

Organización de los Estados Americanos/Universidad de Harvard
Proyecto en Colombia:

Observaciones y Recomendaciones

Antecedentes

            En mayo de 1997, el Gobierno de Colombia, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, solicitó a la Secretaría General de la OEA que convocara la participación de Harvard University para auspiciar una investigación in situ del conflicto entre los indígenas Uwa y las compañías petroleras Occidental de Colombia (Oxy) y su socio Compañías Shell de Colombia, trabajando bajo un Contrato de Asociación con la empresa nacional colombiana Ecopetrol dentro del Bloque Samoré situado en el nororiente del país. En la opinión del Ministerio, dada la importancia del caso, tanto del punto de vista de los derechos indígenas como de la economía nacional, y en vista de las dificultades encontradas en adelantar discusiones productivas entre los varios sectores, se pedía ayuda externa en la búsqueda de opciones y recomendaciones hacia la resolución del conflicto.

            La Secretaría General, a través de la Unidad para la Promoción de la Democracia (UPD), respondió enviando un equipo conjunto, denominado "Proyecto OEA/Harvard en Colombia", compuesto por expertos en el análisis y la prevención de conflictos interétnicos de la Unidad para la Promoción de Democracia y del Programa de Sanciones No Violentas y Supervivencia Cultural (Program on Nonviolent Sanctions and Cultural Survival, o PONSACS) del Centro de Asuntos Internacionales (Center for International Affairs) de Harvard University.

            Con el apoyo logístico de la Oficina Nacional de la OEA en Colombia, el equipo del Proyecto OEA/Harvard viajó a Colombia entre el 14 y 22 de mayo de 1997 y nuevamente entre el 30 de julio y 3 de agosto, para llevar a cabo una primera evaluación del Caso Samoré. El objetivo de las visitas fue recopilar las perspectivas y opiniones sobre el caso, tanto del gobierno colombiano como de las otras partes, preparar una descripción sobre las varias perspectivas de las partes involucradas en el conflicto y, como producto final, elaborar un informe con recomendaciones encaminadas hacia un manejo del conflicto. Basado y condicionado en la obtención de resultados propicios en la evaluación preliminar, se esperaba desarrollar un programa de trabajo que pudiera conllevar al diálogo y potencialmente a un proceso de negociación.

El Caso Samoré: Un Breve Resumen

            El Pueblo U'wa es un pueblo indígena tradicional colombiano ubicado al nororiente de Colombia. La compañía Occidental de Colombia (el Operador dentro del bloque y filial de la compañía norteamericana Occidental Oil and Gas) empezó en el año 1992 los trámites para obtener del Estado colombiano las licencias necesarias para llevar a cabo la exploración y extracción de petróleo dentro de un área dentro del cual existía un resguardo, una reserva y territorios tradicionales del Pueblo U'wa. La licencia ambiental la expidió el Ministerio de Medio Ambiente el 3 de febrero de 1995, permitiendo así trabajos de prospección petrolífera.

            A raíz del ortogamiento de la licencia ambiental, las denuncias de los indígenas por los trabajos de prospección realizados y anticipados en tierras que ellos consideran como su territorio tradicional, empezaron a llegar a las oficinas de los ministerios públicos como la Dirección General de Asuntos Indígenas y la Defensoría del Pueblo. A su vez, informaciones periodísticas ampliamente difundidas, declararon que miembros de la comunidad U'wa se oponían a estos trabajos y hasta habían amenzado con suicidios colectivos, si se llevaban a cabo en sus territorios.

            El Defensor del Pueblo, actuando en nombre del pueblo U'wa, optó por instaurar una tutela ante el Tribunal Superior de Bogotá en favor del pueblo U'wa y en contra de la Oxy y del Ministerio del Medio Ambiente por otorgar la licencia ambiental, señalando los derechos y deberes de los grupos indígenas contenidos en las leyes y, en particular, en la Constitución colombiana. El Defensor hizo énfasis en la falta de una consulta previa adecuada con el pueblo U'wa sobre el proyecto, siendo éste uno de los requisitos que forman parte de los procedimientos para obtener la licencia ambiental.

            La situación se complicó aún más cuando la Corte Suprema de Justicia de Colombia afirmó que la "consulta previa" que Oxy dijo que fue realizada, no fue válida, mientras que el Consejo del Estado declaró lo contrario: que Oxy tenía licencia para entrar al territorio U'wa y que sí había cumplido con el requisito de la consulta.

            No obstante un fallo del Consejo de Estado, el Ministerio de Minas y Energía y la Oxy señalaron que iniciarían conversaciones con los representantes de la comunidad U'wa, con el fin de restablecer el diálogo con la comunidad indígena y que no se continuarían los trabajos de prospección hasta no resolverse este conflicto.

            Como resultado de gestiones adelantadas por el gobierno colombiano, el 21 de abril de 1997 se llevó a cabo en la Presidencia de la República una reunión a la que asistieron los representantes de la comunidad U'wa y los Ministros de Minas y Energía, del Interior y del Medio Ambiente, quienes se comprometieron a continuar con el proceso de entendimiento con la comunidad, escuchar sus argumentos en torno al proyecto de explotación del Bloque Samoré y propiciar un nuevo encuentro. Este último se llevó a cabo en el Chuscal, territorio U’wa, el 29 y 30 de mayo, con la participación de los tres ministerios y las autoridades de la comunidad indígena Uwa.

            A pesar de estos intentos, tanto de parte del gobierno colombiano como de los pueblos y organizaciones indígenas, las dificultades encontradas podrán adelantar discusiones productivas entre los varios sectores, por lo que se continúan sin variaciones el papel del Proyecto OEA/Harvard.

Síntesis de la Misión

            En la primer visita, el equipo conjunto OEA/Harvard logró reunirse con los representantes de los Ministerios de Minas y Energía, Medio Ambiente, Relaciones Exteriores y del Interior y las oficinas públicas vinculadas de un modo u otro a este conflicto que incluyen a la Defensoría del Pueblo, la Dirección General de Asuntos Indígenas (DGAI), el Instituto Colombiano para la Reforma Agraria (INCORA), la Procuradoría General de la Nación, la Corte Constitucional, el Consejo del Estado, el Senador Lorenzo Muelas, y Ecopetrol la compañía petrolera de Colombia. También se efectuaron entrevistas con representantes de la Organización Nacional Indígena Colombiana (ONIC), el representante oficial de la comunidad U'wa, y representantes de las compañías Ecopetrol, Compañías Shell de Colombia, y Occidental de Colombia. En dichas reuniones se realizaron extensas entrevistas con estos representantes quienes presentaron información complementaria para el análisis del caso.

            Se observó que el conflicto había desbordado el ámbito jurídico y se había transformado en un asunto político que tiene de por medio aspectos culturales y sociales que no pueden obstaculizar un proceso de negociación.

            A través de los medios de comunicación internacionales, se había transmitido al público una imagen demasiado simplista de la situación, tratándose, según ellos, de un conflicto "clásico" en el cual una pequeña comunidad indígena, enfrentando el ingreso a sus tierras de una empresa multinacional, siente que sus valores culturales básicos e integridad territorial están siendo amenazados. Luego de realizar la misión, los mismos integrantes del Proyecto OEA/Harvard determinaron que el Caso Samoré era un conflicto multilateral mucho más complejo de lo que ellos habían imaginado originalmente y que transcendía escenarios nacionales creando impactos sobre la política de inversión petrolera del gobierno colombiano y riesgos a las garantías constitucionales de los grupos indígenas de Colombia. Al mismo tiempo, ha creado grandes dificultades y cuestionamientos para los defensores de los derechos humanos, los ambientalistas, y la misma industria petrolera.

            A raíz de los resultados preliminares de la misión y para poder cumplir con el compromiso de elaborar recomendaciones, el equipo OEA/Harvard se mantuvo en contacto con varios de los grupos y organizaciones, tanto para recibir información y opiniones adicionales, como para sondear opciones para las recomendaciones aquí incluidas. Además, en julio de 1997, el Proyecto organizó una segunda misión a Colombia. El propósito era aclarar varios puntos con individuos y organizaciones con quienes se habían reunido anteriormente y reunirse con individuos quienes no estuvieron presentes durante la primera visita.

            Con base en estas visitas y entrevistas se prepararon una serie de observaciones y recomendaciones. Este informe incluye: 1) un resumen de las observaciones y conclusiones de las dos visitas a Colombia; 2) una descripción breve de las partes principales involucradas en este conflicto; y 3) recomendaciones para desarrollar un tratamiento del conflicto.

Presentación del caso U’wa ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)

            En el mes de mayo de 1997 los peticionarios, Asociación de Cabildos Mayores del Pueblo U'wa, la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) y el "Coalition for Amazonian Peoples and their Environment" presentaron una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos alegando que no se llevó a cabo una adecuada "consulta previa" y que no se habían tomado las medidas necesarias para proteger la integridad personal, cultural, económica y medioambiental de los U'wa. Se alega que cualquier exploración petrolera en los territorios de los indígenas perjudicaría gravemente su cultura, religión, integridad personal, etc. En la comunicación de apertura del caso, la Comisión solicitó al gobierno colombiano información sobre un pedido de medidas cautelares hecho por los peticionarios en su denuncia.

            Tanto la Comisión como la UPD y la misión conjunta OEA/Harvard se han mantenido en comunicación sobre los procesos paralelos que se están llevando a cabo con respecto al Caso Samoré. Se ha contemplado la posibilidad de una cooperación entre la misión conjunta OEA/Harvard y la Comisión, si se llega a un proceso de diálogo y negociación. La UPD ha ofrecido su colaboración a la Comisión en este caso.

 

Observaciones

Los actores principales

            Para muchos de los grupos de los sectores público y privado de Colombia, el conflicto actual relacionado con la producción de petróleo en el Bloque Samoré, se ha transformado en un tema político y económico en el ámbito nacional. Los debates que se han centrado en la situación, en los cuales los principales participantes han sido el pueblo indígena U'wa y las compañías petroleras internacionales, constituyen un telón de fondo dramático para el intercambio de ideas sobre una amplia gama de intereses y preocupaciones nacionales. Las observaciones que se incluyen están basadas en entrevistas y estudios con todos los grupos de interesados que se mencionan más adelante. No obstante, las recomendaciones se centran en una cantidad más limitada de actores y zonas - el pueblo U'wa, la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), Occidental de Colombia, las Compañías Shell de Colombia, Ecopetrol, y tres ministerios colombianos (de Minas y Energía, del Interior y de Medio Ambiente), cada uno de los cuales está relacionado con las actividades dentro del Bloque Samoré.

            Sin embargo, el Proyecto OEA/Harvard en Colombia reconoce las implicaciones y la importancia a nivel nacional y regional de esas cuestiones de más amplio alcance. Muchas de las observaciones y recomendaciones generales que se refieren al caso concreto del Bloque Samoré son aplicables, o lo serán en el futuro, a otras situaciones relacionadas con la explotación de recursos naturales en territorio indígena, propiedad comunal y zonas protegidas similares, o en su proximidad.

            Las observaciones y recomendaciones posteriores que se incluyen ponen la mira en los siguientes actores:

1. Grupos indígenas

                     a. Grupo indígena U'wa

            Los U’wa (población 5.000 habitantes), comúnmente conocidos como los Tunebo, actualmente viven al pie de la Sierra Nevada del Cocuy en Colombia. Tradicionalmente, los U’wa se extendían por un área que incluía los departamentos de Boyacá, Santander, Arauca y Casanare, y durante parte del año ocupaban una extensión de los llanos bajos. En ciertas épocas del año, avanzaban progresivamente hacia el pie de las colinas. Estos movimientos a lo largo del extenso territorio estaban acompañados de rituales a diferentes niveles geográficos. A través de estos rituales, según ellos aducen, los U’wa podían mantener el mundo en armonía.

            Durante los años 70, una parte de ese territorio se tituló formalmente como Resguardo de los U’was en donde mantienen derechos exclusivos sobre la tierra, y una reserva adyacente (un total de 40.711 hectáreas) que incluye tanto a colonizadores como a los U’wa. En esta reserva los U’wa tienen derechos de usuario pero no poseen derechos exclusivos de propiedad a largo plazo. De acuerdo a la utilización de estos territorios, tanto en el pasado como en el presente, los U’wa reclaman también un área más grande, un territorio.

            A pesar de las influencias ejercidas por los misioneros y los colonizadores, los U’wa han logrado conservar un fuerte sentido de la independencia y se consideran una cultura separada, orgullosa, con fuertes creencias espirituales.

                     b. La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC)

            La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) creada en 1981, representa más de 80 núcleos indígenas colombianos. Como tal, su interés en el caso de los U’wa refleja preocupaciones indígenas, tanto de nivel local como nacional. Durante los años 80, mientras realizaba esfuerzos para consolidar los pueblos indígenas a través del país, la ONIC se acercó a los U’wa y les aconsejó que fortalecieran el sistema de cabildo como estructura de gobierno. Se vislumbraba este sistema como un sistema representativo, importante, a través de cual los U’wa, como sucedía con otras organizaciones indígenas colombianas, podrían tratar temas externos a la comunidad. ONIC continúa trabajando de cerca y con frequencia con muchos representantes de los U’wa, en particular con aquellos que viven dentro del resguardo.

 

2. Compañías petroleras

                    a. Occidental de Colombia, Inc. (Oxy)

            Oxy es la encargada de las operaciones y es responsable de las tareas cotidianas y por la toma de decisiones. Dentro del "Contrato de Asociación Samoré", esta companía posee un 37.50% de las acciones.

                    b. Compañías Shell de Colombia

            Shell no es responsable de las operaciones cotidianas pero mantiene voz y capacidad en la toma de decisiones. Dentro del "Contrato de Asociación Samoré", esta companía posee un 37.50% de las acciones.

 

                    c. Copeco

            Esta companía que inicialmente "reclutaba" contratistas, retiene un 25% de las acciones. Esta companía no fue objeto del proyecto de investigación.

 

      1. d. Ecopetrol (Empresa Colombiana de Petróleos)

            Ecopetrol, dirigida por el Ministerio de Minas y Energía, administra el acceso a los recursos naturales de diferentes maneras. Actúa como un productor independiente, en asociación directa con otras compañías extranjeras (aproximadamente un tercio del total de la producción) a través de "Contratos de Asociación", y administrando unas pocas concesiones (cerca del 2.5% del total de la producción).

            El trabajo que ejecutan las companías extranjeras se realiza a través de contratos a plazo fijo, basándose, según explicaron los ejecutivos de Ecopetrol, en procedimientos "industriales estandar". En Colombia estos acuerdos estándar tienen una duración de 30 años. Con exepción del período total de "producción" de 22 años (después de 6 años de prospección), los acuerdos pueden modificarse para incorporar cambios en las condiciones locales. En el caso del Bloque Samoré, ya se han aceptado varias modificaciones en el acuerdo.

 

3. Ministerios, direcciones y agencias del gobierno colombiano

            a. Ministerio de Minas y Energía

El Ministerio de Minas y Energía supervisa y planea toda explotación de los recursos naturales en Colombia.

            b. Ministerio del Interior

El Ministerio del Interior incluye la Dirección General de Asuntos Indígenas que es la agencia gubernamental encargada de temas relacionados a las comunidades indígenas.

            c. Ministerio del Medio Ambiente

El Ministerio de Medio Ambiente evalúa el impacto social y ambiental así como el proceso de consultas antes de conceder licencias de explotación a proyectos nacionales o internacionales.

            d. Ministerio de Agricultura (INCORA)

El Ministerio de Agricultura incluye al Instituto Colombiano de Reforma Agraria (INCORA) que maneja temas de títulos de propiedad territoriales, compensación para reubicación y otros temas relacionados sobre posesión de tierras.

 

4. Organizaciones no gubernamentales de Colombia

            Hay varios sectores y grupos dentro de Colombia que han manifestado interés o han colaborado en programas de investigación y apoyo relacionados con el conflicto.

 

5. Guerrillas

            La presencia del grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN) en la región se yergue como una sombra silenciosa sobre todos los actores y complica cualquier análisis o esfuerzo que se realice para encarar el conflicto. El ELN ha demostrado que tiene la capacidad de interrumpir el flujo de petróleo y matar a las personas que participan en labores relacionadas con ese recurso. Se ha tomado nota de este problema en lo que atañe al proyecto OEA/Harvard, pero no es un factor que se haya incluido en las recomendaciones de este informe lo cual no disminuye su trascendencia. Por el contrario, al centrar la atención principalmente en aspectos relacionados con la disputa "Oxy-U'wa", se puede percibir con más claridad y encarar el papel que desempeñan los guerrilleros del ELN, que algunos han confundido con los que salen en legítima defensa de los derechos indígenas.

 

Fuentes del conflicto

Según el Proyecto OEA/Harvard se puede llegar a una comprensión más clara del conflicto actual con fundamento en lo siguiente:

1. Diferencias culturales importantes

            Conforme se ha determinado durante la elaboración del Proyecto, antes del conflicto existían diferencias culturales importantes y pronunciadas que siguen siendo los obstáculos principales que impiden su solución. La mayoría de los U'wa tenían conocimiento de la producción de petróleo en la zona de Cano Limón y un gran porcentaje de ellos había trabajado en el lugar de producción o en actividades relacionadas. No obstante, a medida que se pusieron en marcha los planes y actividades en el Bloque Samoré, se produjo un choque entre grupos locales y las empresas petroleras, cada uno con distintas "maneras de entender", lo cual los convirtió en interesados en una disputa que posteriormente adquirió mayores proporciones.

            Al igual que otras disputas prolongadas relacionadas con el uso de recursos y tierras, los reclamos de las partes respectivas siguen enmarcados en percepciones notoriamente diferentes y, por ende, sus relaciones están suspendidas en un aura de incomprensión mutua. Sin embargo, el caso de los U'wa es extremo en este sentido. Las brechas que existen en la comprensión mutua abarcan desde los principios de orden básico, tales como la naturaleza del mundo y el saber, hasta conductas cotidianas como las relaciones entre los grupos y el significado de la interacción.

            Las organizaciones indígenas, los U'wa, las compañías petroleras y el gobierno colombiano reconocen y admiten esas diferencias generales. No obstante, hubo muy poca indicación, más allá de declaraciones públicas de que las compañías petroleras no entrarían a tierras de los U'wa, de que dichas empresas y la mayoría de las agencias del Gobierno hubieran adquirido una comprensión suficiente de la cultura U'wa que les permitiera llegar a acuerdos futuros sobre los elementos esenciales del conflicto. De manera similar, los grupos indígenas demostraron que tenían un conocimiento muy limitado de las premisas y necesidades básicas de la industria petrolera y la economía nacional y que tampoco habían llegado a comprender de manera adecuada los métodos específicos empleados en la producción de petróleo en el Bloque Samoré, o sus repercusiones presentes y futuras. En ese sentido, los pueblos indígenas U'wa, y los líderes de la organización nacional indígena, continúan demostrando una profunda preocupación e incertidumbre en lo que se refiere al amplio impacto cultural de la producción petrolera en la cultura indígena.

            El vocablo "cultura" se entiende utilizando dos métodos diferentes, que no obstante son complementarios y pueden aplicarse tanto a las compañías petroleras como a los grupos indígenas.

a.      Cognitivo

            Se refiere a la manera en que una persona y grupo adquiere conocimientos sobre la manera en que se crea, ordena y mantiene el mundo en general. El proceso es individual y comunal en parte, las observaciones personales y las imágenes propias a menudo cobran forma y son confirmadas por la propia comunidad. Asimismo, el proceso genera valores, sentimientos y preocupaciones relacionados. Este método de encarar el vocablo cultura ilustra cómo las personas, en su carácter individual y como parte de un grupo, crean su sentido de orden, lógica y significado que, por otra parte, constituyen el fundamento de sus valores y creencias.

            Se puede ilustrar el método utilizando un ejemplo de particular trascendencia en el conflicto actual, vale decir el de la tierra en que viven los U'wa. Aparentemente, las compañías petroleras y algunas agencias gubernamentales tienen opiniones sobre la tierra que son drásticamente diferentes a las de los U'wa y los grupos indígenas y no indígenas que los respaldan; por ejemplo, su conformación inicial, su actual estructura y sus necesidades futuras.

            El concepto y los valores conexos de las compañías petroleras y las agencias del Gobierno se fundamentan en sus percepciones sobre la formación geológica y subsecuente estructura física, superficie y capa subterránea de la tierra. Por otro lado, los pueblos indígenas ponen énfasis en la creación espiritual del universo --el cielo y el infierno-- así como en la superficie terrestre. A su vez, sus valores conexos se centralizan en la necesidad de mantener el frágil equilibrio que se estableció inicialmente entre esos niveles. Esos conceptos --que se diferencian entre los sectores pero que son compartidos dentro de ellos-- muestran un aspecto de las diferencias culturales que existen.

b.      Social

            Se refiere a la amplia gama de estructuras sociales, políticas, económicas y rituales que establece una comunidad a los efectos de ordenar, mantener y garantizar sus valores, sentimientos, preocupaciones y la cohesión social. Se trata de la organización social y política de un grupo en particular que ofrece un vehículo para el reconocimiento y la comprensión pública de los valores espirituales de una comunidad y su mantenimiento.

            Lo anterior puede ilustrarse utilizando el mismo ejemplo que se mencionó anteriormente, a saber, la tierra en que viven los U'wa. Distintos sectores del pueblo U'wa, las compañías petroleras nacionales e internacionales y las agencias gubernamentales tienen un concepto diametralmente diferente de las formas de organización social, autoridad, respeto de los valores espirituales y de los lugares sagrados y la realización de rituales que son esenciales para mantener la unidad, el equilibrio, la productividad y la integridad de la sociedad y la tierra.

            Las compañías petroleras y la mayoría de las agencias del Gobierno admiten y aceptan la necesidad de la sostenibilidad ecológica. No obstante, con fundamento en los distintos conceptos que tienen sobre la tierra, han establecido prioridades sociales y políticas y creado instituciones que se centran en los medios para generar ingresos procedentes de los recursos naturales de la zona. Hacen hincapié en el hecho de que la utilización de esos recursos es fundamental para la industria y para la sociedad y la economía colombiana.

            Los pueblos indígenas también se han basado en sus conceptos. Su reacción ha sido crear estructuras sociopolíticas y religiosas que, a su entender, son esenciales para mantener el equilibrio mundial y el orden dentro de la comunidad, como lo demuestran sus declaraciones públicas, rituales privados y su organización sociopolítica.

            Las breves observaciones "culturales" y ejemplos que se incluyen en este documento no pretenden explicar o exponer en detalle los rasgos cognitivos o sociales específicos de los sectores que están envueltos en el conflicto sino que se los incluye como mera ilustración de las diferencias importantes que existen entre los sectores.

            Ya se ha documentado o divulgado mucha información, que puede ser fácilmente obtenida, sobre los U'wa, la economía nacional e internacional y los aspectos políticos de la industria petrolera. Probablemente no sea posible llegar a un total entendimiento mutuo, no obstante lo cual las partes deberán empeñarse con mucho más ahínco para aumentar el nivel actual de conocimientos.

            Los miembros del equipo del Proyecto OEA/Harvard, con fundamento en las definiciones que se han esbozado más arriba, tomaron nota y otorgaron importancia al papel que corresponde a las diferencias culturales en el actual conflicto. Tanto desde el punto de vista cognitivo como social, muchos de los indígenas y los grupos que los respaldan perciben a la explotación de petróleo como una amenaza futura para la cultura U'wa. Esas percepciones opuestas han impedido un entendimiento mutuo que ha producido un conflicto originado por la falta de comprensión.

            Si no se toman medidas importantes y constantes para aumentar el entendimiento mutuo, el conflicto continuará y se multiplicarán los antagonismos. A no ser que se comience por la educación básica mutua y se sigan otros pasos para entender las diferencias que existen en la interpretación del funcionamiento de las cosas en el mundo, o cómo deberían funcionar, no se podrá tener éxito en acción alguna que se inicie para comprender la naturaleza de la disputa actual ni tampoco para procurar un diálogo u otras modalidades de comunicación necesarias para lograr consenso. Es verdad que el proceso de educación y comprensión mutua lleva tiempo y quizá requiera asistencia técnica, pero la necesidad es obvia. Por otra parte, aparentemente no existen alternativas pacíficas u otras que sean aceptables, que se puedan aplicar al proceso. continúa >>>

Segunda Parte >>>