Disponible en:
http://www.theglobalfund.org/es/2016-06-06_Improving_Health_for_Prisoners/
Los entornos afectados por el hacinamiento como las cárceles son un caldo de cultivo para las enfermedades infecciosas. Los presos corren mayor riesgo de contraer tuberculosis y VIH, y a menudo no pueden acceder a los servicios de prevención y tratamiento debido a la discriminación que sufren en los establecimientos de salud. Siguiendo su mandato de acabar con el VIH, la tuberculosis y la malaria, el Fondo Mundial invierte en programas que procuran una mejor atención de salud a la población reclusa.
Las condiciones sanitarias existentes en el Centro Correccional y de Detención de Abidján (Côte d’Ivoire) son muy deficientes. La prisión, que tiene un exceso de capacidad del 30% y alberga una población de 5.000 presos entre hombres y mujeres, es la más grande del país. Los problemas de salud pública que presenta incluyen condiciones higiénicas inadecuadas, enfermedades transmisibles como el VIH, la tuberculosis y la coinfección de tuberculosis y VIH y un aumento en el número de casos de enfermedades de transmisión sexual.
Desde 2008, una asociación establecida entre el Hospital Universitario de Burdeos, Expertise France y el Fondo Mundial ha permitido poner en marcha un programa de detección, prevención y tratamiento que facilita la gestión integral de los casos de presos aquejados de tuberculosis o VIH, lo que se ha traducido en una mejor salud de los reclusos.
El Fondo Mundial y sus asociados están trabajando para mejorar la salud de los presos y asegurar que toda la población carcelaria, sean hombres o mujeres, tengan acceso a atención médica, incluidos el tratamiento y las pruebas de VIH y tuberculosis