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Jueves, Agosto 28, 2025

Miembros de la Red-DESC de todo el mundo se reunieron para confrontar las falsas “soluciones” climáticas impulsadas por corporaciones que perpetúan el colonialismo, el racismo y el patriarcado. Este proceso colectivo está impulsando nuestra agenda para la COP30 en Belém—poniendo en el centro las voces de las comunidades en primera línea y las soluciones construidas desde las comunidades, enraizadas en la justicia, la solidaridad y la autodeterminación.

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Loss And Damage ESCR Net

Durante demasiado tiempo, los grandes contaminadores han sido responsables de la destrucción de nuestro planeta mientras manipulan la respuesta global a la crisis climática. En lugar de detener los daños que han causado, han convertido el colapso climático en una oportunidad de lucro—imponiendo falsas soluciones que profundizan el colonialismo, el racismo y el patriarcado.

Más de 60 miembros de la Red-DESC de diferentes regiones del mundo se reunieron recientemente en un encuentro convocado por el Grupo de Trabajo sobre Medio Ambiente y DESC, en colaboración con el Grupo de Trabajo sobre Rendición de Cuentas Corporativa. Este encuentro fue no solo un espacio de análisis colectivo y resistencia, sino también un paso clave para avanzar nuestra agenda compartida hacia la COP30 en Belém, Brasil, donde las comunidades en la primera línea de la crisis climática llevarán sus demandas y sus soluciones desde las comunidades, enraizadas en la justicia y la autodeterminación.

Defensores y defensoras de derechos humanos, líderes indígenas, activistas feministas, comunidades campesinas, organizaciones de base de mujeres, movimientos juveniles y colectivos anti-extractivistas compartieron experiencias de resistencia frente a las llamadas “soluciones climáticas” impuestas por corporaciones y gobiernos. Desde diversas regiones, los miembros de la Red-DESC abordaron la conversación desde perspectivas feministas, decoloniales y de justicia climática.

Las falsas soluciones a las que nos oponemos

Los miembros subrayaron que las “soluciones” climáticas impulsadas por las corporaciones son, en realidad, estrategias de explotación que desplazan comunidades, criminalizan a quienes defienden la vida y desvían recursos de la justicia climática. Entre ellas:

  • La “transición verde” como fachada de un nuevo extractivismo. La carrera por los llamados minerales críticos y otros recursos está devastando ecosistemas y comunidades en primera línea.
  • Captura corporativa. Los contaminadores compran a quienes toman decisiones, manipulan a los medios y secuestran las negociaciones internacionales para asegurar sus ganancias.
  • Militarismo. Una de las industrias más contaminantes del mundo, ausente de los compromisos climáticos, que desvía recursos de la salud, la educación y las verdaderas soluciones comunitarias.
  • Mercados de carbono y promesas de “cero neto”. Mecanismos que permiten a los países ricos seguir contaminando mientras cargan el costo sobre las comunidades del Sur Global.
  • Geoingeniería y captura de carbono. Tecnofijaciones peligrosas y no probadas que profundizan la violencia colonial y retrasan la acción real.
  • Conservación como despojo.Soluciones basadas en la naturaleza” que se traducen en acaparamientos de tierras y mares, desplazando a Pueblos Indígenas y comunidades costeras.

Estas falsas soluciones buscan silenciar la resistencia, borrar las alternativas comunitarias y preservar los sistemas de explotación que alimentan la crisis climática.

Para una exploración más profunda de estos puntos de resistencia, lee el análisis colectivo completo.

Soluciones reales, basadas en justicia y derechos

Frente a las falsas soluciones, las comunidades en primera línea nos recuerdan que las verdaderas soluciones siempre han estado con nosotras: en las prácticas ancestrales, en la defensa de la tierra y el agua, en la organización colectiva.

Las soluciones desde las comunidades y basadas en derechos se sostienen en principios clave:

  • Resistencia y solidaridad. Movimientos que se conectan a través de fronteras y luchas.
  • Reparación y restauración. Sistemas comunitarios que restauran la biodiversidad, garantizan la soberanía alimentaria y energética, y protegen las semillas indígenas.
  • Justicia intergeneracional. Exigir recortes drásticos de emisiones reales—no distracciones de “cero neto”—para proteger a las generaciones presentes y futuras.
  • Defender a quienes defienden. Proteger a las y los defensores ambientales y a las comunidades criminalizadas por resistir la explotación.
  • Justicia feminista y decolonial. Desmantelar el colonialismo, el capitalismo y el patriarcado, poniendo en el centro a mujeres y diversidades de género como lideresas de la resistencia y el cuidado.
  • Los derechos sobre el lucro. La tierra, el agua, la alimentación y un ambiente sano son derechos no negociables.
  • Reparaciones y cambio de sistema. Cancelación de deudas, financiamiento climático justo y redistribución del poder y la riqueza.

Recuperar el “sí”

La resistencia no es solo decir NO a la explotación: es recuperar el SÍ a la justicia, la dignidad y las soluciones centradas en la vida. Es afirmar la soberanía, el cuidado colectivo y la autodeterminación.

Las comunidades en primera línea no solo confrontan a los contaminadores, sino que construyen cada día verdaderas alternativas que sostienen y protegen la vida en toda su diversidad.

La lucha por la justicia climática es, y siempre será, una lucha por los derechos humanos.

Nuestra agenda para la COP amazónica

Llamamos a los Estados, instituciones multilaterales y tomadores de decisiones a dejar de proteger los intereses corporativos y escuchar a quienes defienden la vida en primera línea de la crisis climática.

Es hora de:

  • Poner fin a la captura corporativa de la política climática y garantizar la transparencia en la toma de decisiones.
  • Reconocer y proteger a las y los defensores ambientales, que enfrentan criminalización y violencia por resistir el extractivismo y la destrucción.
  • Canalizar el financiamiento climático y los recursos directamente a las comunidades que implementan soluciones reales.
  • Exigir recortes drásticos de emisiones, no esquemas de “cero neto” ni falsas soluciones que prolongan la crisis.
  • Garantizar justicia y reparaciones para las comunidades históricamente afectadas por el colonialismo, el racismo ambiental y el despojo.

Estas demandas no quedarán en el papel. Forman parte de la agenda colectiva de la Red-DESC para la COP30 en Belém, en el corazón de la Amazonía, donde llevaremos las voces de las comunidades en primera línea de la crisis climática y pondremos en el centro propuestas de justicia, reparación y soberanía de los pueblos.

Las verdaderas soluciones ya existen: están enraizadas en la solidaridad, la autodeterminación y el cuidado colectivo. Lo que falta es la voluntad política para reconocerlas, protegerlas y apoyarlas.