En todas las regiones, nuestros miembros y miembras identifican la impunidad y la captura corporativas como problemas clave que afectan a sus comunidades. La falta de rendición de cuentas de las empresas y la continua captura corporativa de la toma de decisiones en nuestros gobiernos e instituciones corresponden a un sistema capitalista que prioriza las ganancias sobre las personas y el planeta. Este sistema está profundamente entrelazado con estructuras de opresión como el patriarcado, el racismo y las largas historias de colonialismo e imperialismo. Estas estructuras se han intensificado aún más por agendas de desarrollo lideradas por los Estados que se centran en crear entornos “favorables a los negocios” sin implementar marcos regulatorios, normativos e institucionales sólidos para garantizar la rendición de cuentas corporativa.
Las comunidades empobrecidas, marginadas y que enfrentan ocupación o colonialismo, son también las que sufren abrumadoramente la explotación y las violaciones por parte del poder corporativo. Por ejemplo, la historia del colonialismo se demuestra con las atrocidades cometidas contra los pueblos indígenas, sus territorios y recursos naturales. Las élites corporativas, especialmente las involucradas en industrias extractivas, han sido una fuerza implacable en la empresa colonial, cosechando los beneficios de los esfuerzos imperialistas. Hoy en día, los impactos del colonialismo persisten mientras las empresas continúan infringiendo los derechos de los pueblos indígenas. Hay muchos paralelismos en relación con los conflictos y la ocupación: impulsadas en muchos casos por agendas imperialistas y un complejo militar-industrial, las empresas han gozado de impunidad durante mucho tiempo mientras se benefician de actividades comerciales que matan a personas, desplazan comunidades, despojan territorios, profanan sitios sagrados, agotan recursos y destruyen medios de vida.
A pesar de las intimidaciones y amenazas de los actores corporativos, las comunidades de todo el mundo los desafían constantemente utilizando diversas estrategias. A nivel local, las comunidades resisten a las empresas extractivas que buscan despojarlas de sus territorios ancestrales; los movimientos de base están llevando a las empresas a los tribunales nacionales, regionales e internacionales por violaciones de sus derechos económicos, sociales, culturales o ambientales. En espacios internacionales, coaliciones globales, incluida la Red-DESC, están instando a los gobiernos y a la ONU a excluir a los grandes contaminadores de las negociaciones sobre tratados climáticos para evitar conflictos de intereses que socaven los esfuerzos para abordar la crisis climática.
En la Red-DESC, buscamos poner fin a la impunidad corporativa y lograr la justicia y las reparaciones. Desarrollamos herramientas de educación política que destacan el impacto de la captura corporativa y sus manifestaciones. Ilustramos cómo la captura corporativa debilita o anula las leyes destinadas a proteger nuestros derechos a nivel multinacional, como en las Naciones Unidas. Nuestros esfuerzos incluyen avanzar en el tratado de la ONU para regular el poder de las empresas, que tiene como objetivo establecer marcos jurídicos vinculantes para regular el poder corporativo y priorizar a las personas y el planeta sobre las ganancias.
