La justicia climática aborda los impactos desproporcionados de la crisis climática en comunidades históricamente oprimidas y subyugadas en todo el mundo. Defiende el derecho humano a vivir en un entorno limpio, saludable y sostenible, y exige responsabilidad a quienes más contribuyen al agravamiento de la catástrofe climática.
Las comunidades en primera línea soportan la mayor carga del cambio climático, enfrentando una mayor exposición a eventos climáticos extremos, pérdida de medios de vida y desplazamiento forzado. Las desigualdades dentro y entre países agravan estos desafíos, perpetuando ciclos de pobreza e injusticias sociales y ambientales.
Movimientos sociales y de base en todo el mundo lideran los esfuerzos para lograr la justicia climática. Desde la conservación liderada por indígenas en América Latina hasta las iniciativas comunitarias de democracia energética en África, destacan soluciones significativas hacia modelos de desarrollo que rinden cuentas a los pueblos y se fundamentan en los derechos humanos.
La Red-DESC promueve la justicia climática a través de la solidaridad y el aprendizaje mutuo. Empleando un enfoque feminista interseccional, fortalecemos las colaboraciones entre movimientos y abogamos en espacios internacionales como la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Combatimos soluciones falsas y desafiamos las causas profundas de las injusticias climáticas, incluyendo el modelo de desarrollo patriarcal, explotador y extractivo que amenaza a las personas y al planeta. Exigimos la rendición de cuentas de los grandes contaminadores globales por su papel en la destrucción ambiental, mientras revelamos las realidades que enfrentan las comunidades en primera línea ante emergencias climáticas. La Red-DESC promueve soluciones sistémicas lideradas por las personas para abordar estos desafíos.