Summary
En 2010, Richard Lee Desautel, ciudadano estadounidense, abatió un alce en Columbia Británica infringiendo una ley provincial sobre fauna y flora silvestres, y fue procesado por el gobierno canadiense. Desautel es miembro de la Lakes Tribe, que pertenece a las Tribus Confederadas Colville de Estados Unidos. El juez dictaminó que la Lakes Tribe es un grupo sucesor moderno del pueblo sinixt, presente en Canadá en la época del contacto europeo. Los sinixt cazaban en tierras situadas en la actual Columbia Británica, y Desautel abatió el alce en tierras situadas en el territorio ancestral de los sinixt. Desautel hizo valer una defensa afirmativa en virtud de la Constitución, alegando que su derecho a cazar en el territorio ancestral de su pueblo en la Columbia Británica está protegido como derecho indígena.
La Corte Suprema de Canadá debió considerar dos cuestiones en este caso. En primer lugar, la Corte tenía que determinar si las personas que no son ciudadanos o residentes de Canadá pueden ejercer derechos protegidos por el artículo 35(1) de la Ley Constitucional, el artículo que protege los derechos de los pueblos aborígenes de Canadá. En segundo lugar, la Corte debía considerar si los actos de Desautel estaban protegidos por la prueba del caso Van der Peet, que determina si existe un derecho indígena.
El artículo 35(1) de la Ley Constitucional dice: “Se reconocen y afirman los derechos indígenas y convencionales existentes de los pueblos indígenas de Canadá”. La Corte analizó si un grupo de personas que no son residentes canadienses ni ciudadanos canadienses pueden, no obstante, considerarse “pueblos indígenas de Canadá”. Llegó a la conclusión de que los “pueblos indígenas de Canadá” incluyen a las sociedades sucesoras actuales de las sociedades indígenas que ocupaban el territorio de Canadá cuando llegaron los primeros europeos. La conclusión resultante es que personas que son miembros de sociedades sucesoras de indígenas, pero que no son ciudadanos o residentes de Canadá, pueden ser pueblos indígenas de Canadá.
Luego, la Corte examinó si Desautel tenía un derecho indígena según el principio del caso Van der Peet. Dicho principio determina si existe un derecho indígena caracterizando el derecho reclamado en los alegatos, determinando si el demandante ha probado que existía una práctica antes del contacto europeo y, a continuación, estableciendo si el derecho tiene continuidad con la práctica anterior al contacto. En el tribunal de primera instancia, el juez había determinado que en la época del contacto europeo, la caza para obtener alimentos formaba parte integrante de la cultura distintiva sinixt y que la práctica actual de la caza en esta zona tenía continuidad con la práctica anterior al contacto europeo. La Corte coincidió con el juez de primera instancia en que el derecho de Desautel a cazar para alimentarse con fines sociales y ceremoniales era un derecho indígena protegido por el artículo 35(1).
En su recurso ante la Corte Suprema de Canadá, el gobierno canadiense presentó varios argumentos. En primer lugar, el gobierno argumentó que cualquier discusión sobre el derecho a cruzar la frontera entre Estados Unidos y Canadá invocaba consideraciones de soberanía, y el reconocimiento de un derecho estaría vetado porque sería incompatible con dicha soberanía. La Corte rechazó este argumento porque Desautel había cruzado la frontera con Canadá legalmente, por lo que su cruce de frontera no era objeto de discusión en el caso. El gobierno canadiense también argumentó que el art. 35(1) exige que los pueblos indígenas tengan una comunidad actual en la zona en la que se hace valer un derecho indígena. La Corte rechazó también este argumento, afirmando que la presencia permanente en las tierras nunca ha formado parte de la prueba de un derecho indígena.