Coincidiendo con el Día Internacional de las Mujeres, las mujeres de todo el mundo reafirman que son una fuerza poderosa que es necesario reconocer, mientras libran una lucha colectiva contra la opresión y rompen barreras sistémicas y estructurales.
Frente a la pandemia, las mujeres en toda su diversidad (en sindicatos y fábricas, en granjas y comunidades indígenas, en centros pobres urbanos en organizaciones estructuradas o movimientos informales) continuaron movilizándose y se ubicaron al frente de la lucha contra la COVID-19 y contra las crisis políticas y socioeconómicas en aumento que son intrínsecas a un sistema patriarcal, colonialista, racista e imperialista.
A pesar del fracaso de las respuestas y la falta de rendición de cuentas de los gobiernos, en todo el mundo las mujeres demostraron su resistencia contra las crecientes reacciones autoritarias y militaristas a la pandemia, liderando iniciativas para sus comunidades. Las mujeres lideraron comedores y almacenes de alimentos comunitarios, y proporcionaron comidas y ayuda a las comunidades pobres, sin empleo y abandonadas. Respondieron a las necesidades de las mujeres que fueron objeto de diversas formas de violencia mientras se defendían a sí mismas de ataques sin cesar. Las mujeres indígenas defendieron sus tierras ancestrales en el marco de una militarización que se intensificó durante los confinamientos. Las defensoras de los derechos humanos se enfrentan a la violencia perpetrada por fuerzas estatales y grandes empresas.
Incluso en épocas de crisis, las mujeres se resisten y florecen. Con la acción colectiva, seguimos aquí y continuamos la huelga.