La condena colectiva del asesinato de Nilce Magalhães muestra la necesidad de un cambio sistémico

Fecha de Publicación: 
Lunes, 27 Junio 2016

La Red-DESC está profundamente consternada tras recibir la triste noticia de la violenta muerte de Nilce de Souza Magalhães. El cuerpo de “Nicinha”, tal y como era conocida entre sus amigos y demás líderes comunitarios, fue encontrado el martes, 21 de junio, en el lago que había sido construido por la misma presa hidroeléctrica Jirau, dirigida por el consorcio Energia Sustentável do Brasil (ESBR), contra la que se había enfrentado en defensa de los derechos de su comunidad. 

La líder del Movimento dos Atingidos por Barragems (MAB) en el estado brasileño de Rondônia desapareció el 7 de enero tras ser vista por última vez en su tienda del campamento donde había vivido durante años, sin acceso a agua potable o electricidad, después de que su familia fuera desplazada por la presa unos años atrás.

Nilce era una reconocida líder comunitaria que trabajaba por la defensa de los derechos de las comunidades afectadas por presas hidroeléctricas, prácticas de pesca depredadora y otras amenazas que afrontaban las comunidades en Rondônia, en el corazón de la selva amazónica, cerca de la frontera con Bolivia. Su muerte, según muchos movimientos sociales y activistas de derechos humanos de todo el mundo, podría haber sido prevenida si ella y otros defensores de derechos humanos hubiesen recibido protección, si los responsables no disfrutaran de impunidad por sus actos y si Nilce no hubiese tenido que defender a sus vecinos y a su propia familia de poderosos intereses.

Sin embargo, Nilce no recibió una protección adecuada como defensora de derechos humanos. Además, los responsables de su asesinato siguen en libertad. Las autoridades brasileñas habían arrestado a un individuo que había confesado el crimen, pero parece que el acusado ha escapado de la prisión en circunstancias inexplicables. 

Los miembros de la Red-DESC en más de 70 países son cada vez más conscientes de que comunidades en todo el mundo afrontan intereses poderosos similares que favorecen el desposeimiento y el empobrecimiento en favor de los grandes proyectos de presas, las industrias extractivas, la especulación y otros macro proyectos de desarrollo que sólo tienen el fin de lucrarse a expensas de los derechos humanos y el medio ambiente.

En abril, los miembros del Grupo de Trabajo de Movimientos Sociales de la Red-DESC observó, con preocupación, el número cada vez mayor de amenazas y ataques contra líderes de organizaciones de base y miembros de movimientos sociales que promueven y defienden los derechos económicos, sociales y culturales. Éstos se reunieron para evaluar los múltiples incidentes que afectaron a sus miembros, como la detención todavía en curso de un líder de una comunidad pescadora de Pakistán, el asesinato de miembros de la comunidad indígena Ogoni en Nigeria, la criminalización de activistas de derechos humanos en Filipinas y Guatemala y el brutal asesinato de Berta Cáceres en Honduras.

Los gobiernos, incluido el de Brasil, tienen la obligación fundamental de respetar, proteger y cumplir los derechos humanos. Sin embargo, los miembros señalaron que muchos de sus gobiernos están cada vez más influenciados por las empresas y otros intereses privados en lugar de estar comprometidos con la misión de hacer realidad los derechos humanos para todo el mundo. Por una parte, esto ha llevado a más comunidades –como la de Nilce— a organizarse, a formar o unirse a movimientos sociales y a movilizar la resistencia en defensa de los derechos humanos para sus hijos y nietos. Por otra parte, en respuesta a estas demandas de derechos fundamentales, graves represalias han provocado numerosas pérdidas de vidas, libertades y la posibilidad de vivir con dignidad. Ahora nos encontramos ante la pérdida de otra valiente líder que fue brutalmente asesinada por su defensa de los pobres.

A pesar de que los líderes de las organizaciones de base puedan ser silenciados por la fuerza, la fortaleza de su compromiso y lucha no puede ser extinguida. Nilce seguirá viva en la continua lucha de su comunidad, el Movimento dos Atingidos por Barragems, y en cada uno de nosotros para quienes su lucha es nuestra lucha. La lucha de Nilce –nuestra lucha— será sostenida por el poder de la inmensa solidaridad y una arraigada convicción de que el cambio sistémico es posible y necesario y que, de hecho, comenzó con nuestras demandas comunes de derechos humanos y justicia social.