Just Fair dirige una campaña sobre igualdad socioeconómica para todos en el Reino Unido

Fecha de Publicación: 
Martes, 8 Agosto 2017

Just Fair, junto con The Equality Trust y otros, lanzaron a principios de este año la campaña #1forEquality para instar al gobierno del Reino Unido a hacer realidad su deber de igualdad socioeconómica contenido en la Sección 1 de la Ley de Igualdad.

La sociedad del Reino Unido se caracteriza por ser muy desigual. Si bien la proporción de los ingresos en el 20% superior se ha mantenido prácticamente estable desde principios de los años noventa, la proporción del 1% superior ha aumentado continuamente hasta bien entrados los años 2000. Hay diferencias significativas entre grupos étnicos. La desigualdad es más evidente en la distribución de la riqueza. Las 1.000 personas más ricas acumulan más riqueza que el 40% de los hogares más pobres.

Según el derecho internacional de los derechos humanos, la condición socioeconómica es uno de los motivos prohibidos de discriminación. El aumento de la desigualdad socioeconómica suele estar vinculado al empeoramiento de las condiciones de los derechos humanos. Abundantes investigaciones empíricas confirman que la desigualdad restringe el acceso a los bienes y servicios necesarios para hacer realidad el derecho a la salud, la educación o la vivienda. El cumplimiento de los derechos económicos y sociales está positivamente correlacionado con la democracia, la competencia política, la rendición de cuentas del gobierno, el Estado de derecho y la buena gobernanza; el impacto negativo de la desigualdad de ingresos en el cumplimiento de los derechos económicos y sociales es estadísticamente significativo entre los países y el sentido general de confianza y en la capacidad de los ciudadanos para participar activamente en la sociedad.

Los Estados deben hacer pleno uso de sus “máximos recursos disponibles” para asegurar el cumplimiento progresivo de los derechos económicos y sociales. Esto debe hacerse sin discriminación, y garantizando niveles mínimos esenciales para todos. El bienestar redistributivo y las políticas fiscales son algunas de las herramientas disponibles para los gobiernos en este sentido. Un gobierno puede estar incumpliendo las obligaciones internacionales de derechos humanos cuando no se cumplen los estándares mínimos de derechos económicos y sociales, y hay una regresión significativa en el goce de estos derechos. El aumento de la desigualdad sugiere que las autoridades públicas no están haciendo todo lo posible para garantizar un nivel de vida adecuado para todos.

Al igual que todos los demás países, se espera que el Reino Unido alcance los Objetivos de Desarrollo Sostenible adoptados en 2015, incluido el 10º, en virtud del cual los gobiernos se han comprometido a garantizar la igualdad de oportunidades y reducir las desigualdades de resultados entre los países y dentro de ellos. La igualdad no es sólo un objetivo en sí sino el camino por el cual se van a cumplir todos los demás objetivos de desarrollo.

Debido a su relativamente baja inversión en educación y una estructura impositiva regresiva, el Reino Unido no ocupa un lugar destacado en el nuevo índice de Oxfam sobre el compromiso de los países con la reducción de la desigualdad.

El Reino Unido debería cambiar pronto de rumbo. Por suerte, para eso no tiene que reinventar la rueda. La primera sección de la Ley de Igualdad de 2010 impone a los organismos públicos, cuando toman decisiones estratégicas, el deber de considerar cómo pueden “reducir las desigualdades de resultado que derivan de una desventaja socioeconómica”.

Sin embargo, para que surta efecto, esta disposición requiere una decisión formal del Gobierno para activarla o, como se dice técnicamente, para iniciarla. A pesar de estar a la vanguardia de esta Ley, los sucesivos gobiernos no han logrado implementar el derecho socioeconómico a la igualdad.

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