Summary
La señora Zwaan de Wries quedó desempleada en febrero de 1979 y se le otorgaron beneficios de desempleo hasta octubre del mismo año, pero se le negó la asistencia continua prevista por la Ley de Beneficios de Desempleo (WWV) porque era casada y no era el sostén de familia. Los hombres casados podían acceder a los beneficios sin tener que probar que fueran el sostén de familia. La señora Zwaan de Wries argumentó que se le negaban los beneficios debido a su sexo y su estado civil, y que ello representaba una violación del artículo 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), el cual prevé que todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho, sin discriminación alguna, a la misma protección legal. El Gobierno respondió que la prohibición de discriminar del artículo 26 no se aplicaba al dominio económico, social y cultural, porque otros tratados internacionales abarcaban esos asuntos (p.ej. el derecho a la seguridad social en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales). El Comité sostuvo que las cláusulas del PIDCP debían aplicarse plenamente en sus propios términos. El artículo 26 exigía que la totalidad de la legislación no fuera discriminatoria. Ello no requería que un Estado proporcionara seguridad social, sino que asegurara que la legislación promulgada no fuera discriminatoria. La discriminación estaría presente si un tratamiento diferencial previsto por la ley no estuviera basado en criterios razonables y objetivos. La legislación, en este caso, era discriminatoria en base al sexo, dado que la Ley requería que las mujeres casadas cumplieran una condición que no se aplicaba a los hombres casados, por lo que se recomendaba que se brindara un remedio adecuado al demandante. El Comité recibió con agrado una enmienda de 1985 que eliminó dicha condición de la Ley.