Summary
Mary-Joyce Doo Aphane, una activista de los derechos de la mujer, inició acciones legales en el Alto Tribunal de Suazilandia (Alto Tribunal) contra el Registro de Títulos, el Ministerio de Justicia y Asuntos Constitucionales, y el Procurador General, argumentando que el artículo 16(3) de la Ley del Registro de Títulos de 1968 (la Ley) violaba su derecho constitucional a la igualdad al prohibir a las mujeres casadas en régimen de comunidad de bienes[1] registrar bienes inmuebles, bonos y otros derechos reales en su propio nombre o en forma conjunta con sus esposos. Aphane sostuvo que el artículo 16(3) era inconstitucional conforme a los artículos 20 y 28 de la Constitución, los cuales les garantizan a las mujeres el derecho a la igualdad frente a la ley y el derecho a ser tratadas igual que los hombres, respectivamente.
Aphane y su marido, Michael Mandla Zulu, se casaron bajo el régimen de comunidad de bienes. Posteriormente, compraron un terreno mediante una escritura de compraventa que reflejaba los nombres de ambos. Intentaron registrar la propiedad bajo ambos nombres, pero se les informó que, conforme al artículo 16(3) de la Ley, la propiedad debía ser registrada exclusivamente a nombre de Zulu. Dicho artículo se basaba en la doctrina del derecho consuetudinario de la potestad marital, la cual faculta al esposo para administrar los bienes gananciales en forma exclusiva y coloca a la esposa bajo su tutela, sin que ella pueda ejercer su capacidad jurídica (incluyendo la habilidad de celebrar contratos o participar en procedimientos legales), con pocas excepciones.
Todas las partes coincidieron en que el artículo 16(3) de la Ley era inconstitucional y el Alto Tribunal, también. En lugar de eliminar el artículo invalidado, el Tribunal utilizó un proceso de “corte” e “interpretación” (o, en otras palabras, de modificación del texto de la norma) de manera tal que el artículo 16(3) pasaría a ser el siguiente:
[B]ienes inmuebles, bonos u otros derechos reales no serán transferidos o cedidos a favor de, o registrados en nombre de, una mujer casada bajo el régimen de comunidad de bienes, excepto incluso cuando tales bienes, bonos o derechos reales estén excluidos del régimen por ley o por una condición de una herencia o donación.
El Procurador General apeló ante la Corte Suprema de Suazilandia (Corte Suprema), argumentando que el proceso de subsanar el artículo 16(3) respecto de su inconstitucionalidad es facultad de la legislatura y no de un tribunal. Sostuvo también que el Alto Tribunal debió limitar su sentencia a declarar que el artículo 16(3) no era compatible con los artículos 20 y 28 de la Constitución.
Aunque la Corte Suprema confirmó la apelación y descartó la orden del Alto Tribunal (respecto de la modificación del texto de la ley), también apoyó claramente la conclusión de dicho tribunal respecto de la inconstitucionalidad y la invalidez resultante del artículo 16(3). La Corte Suprema suspendió la declaración de invalidez durante 12 meses a partir de la fecha de la orden para permitir que el Parlamento apruebe legislación que vuelva la Ley compatible con la Constitución. Dado que estaba pendiente la aprobación de legislación por parte del parlamento, la Corte Suprema autorizó al Registro de Títulos a registrar “bienes inmuebles, bonos y otros derechos reales en forma conjunta a nombre de maridos y esposas que estén casados bajo el régimen de comunidad de bienes”.
[1] Bajo esta forma de matrimonio, todos los bienes de ambos cónyuges forman los bienes gananciales, independientemente de si fueron adquiridos antes o después del matrimonio y sin importar cuántos contribuyó cada uno. (Open Society Intitiative for Southern Africa, 2012, p. 3)