En todo el mundo, la tierra, la vivienda y los recursos naturales se están mercantilizando y explotando con fines lucrativos. En nombre del desarrollo, los pueblos indígenas, la comunidades campesinas y pesqueras, los grupos nómadas y las personas que viven en zonas urbanas y periurbanas se enfrentan al despojo y el empobrecimiento. Las mujeres sufren los efectos desproporcionados de este modelo de desarrollo y, cuando se levantan para defender los derechos de sus comunidades, a menudo son rechazadas, difamadas o atacadas.
Mientras tanto, las mujeres también están construyendo poder y reforzando sus capacidades de liderazgo. Están alzando la voz y defendiendo los derechos humanos en todo el mundo. Aunque se enfrentan a barreras a múltiples niveles, las mujeres líderes desafían las nociones convencionales sobre lo que se supone que deben ser las mujeres, y aportan una enorme fuerza y resistencia a la lucha mundial por el cambio.
Las normas internacionales de derechos humanos proporcionan una base para los derechos de la mujer relacionados con la vivienda, la tierra y los recursos naturales, pero importantes barreras jurídicas, estructurales y sociales siguen impidiendo que las mujeres disfruten de una igualdad sustantiva en relación con estos derechos.
En los últimos años, bajo la coordinación del Grupo de Trabajo de Mujeres y DESC, las mujeres líderes de base han articulado posiciones compartidas y han impulsado acciones colectivas sobre la tierra y los recursos naturales.