El tercer día, participantes de CLR y FPAR se unieron en un Círculo de Saberes para tender puentes entre luchas y reflexionar sobre cómo la investigación comunitaria y feminista puede ser una herramienta de resistencia, sanación y transformación. Historias compartidas entre continentes revelaron el poder político de una investigación que comienza y termina en las comunidades, construyendo esperanza y solidaridad a través de las fronteras.
Los tres últimos días se centraron en la nueva cohorte de FPAR, que inicia un proceso de 18 meses para replantear la economía en torno al cuidado, la solidaridad y la sostenibilidad. A través de herramientas creativas y participativas como el mapeo corporal, el bordado como relato y el mapeo de poder, las y los participantes fundamentaron sus diseños de investigación en principios feministas y decoloniales. Al finalizar la semana, habían fortalecido una comunidad global de práctica colectiva, producido la Declaración sobre Pérdidas y Daños, co-diseñado procesos de investigación feminista para economías centradas en el cuidado y construido estrategias para la incidencia conjunta.
Entre idiomas, regiones y luchas, una verdad resonó: al recuperar nuestras narrativas y enraizar la investigación en las realidades vividas, las comunidades no solo documentan la injusticia: también están dando forma a los futuros que imaginan.