Mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Grupo del Banco Mundial se reunían en Washington D.C. para sus reuniones anuales, integrantes y aliadas de Red-DESC se congregaron para exigir nuestro Derecho al Futuro y el fin de la policrisis de deuda, cuidados y clima. Como parte de la Semana Global de Acción por la Justicia de la Deuda, nos reunimos para desafiar el modelo neoliberal y neocolonial de préstamos y endeudamiento que ha mantenido al Sur Global en una deuda perpetua, privando a nuestras comunidades de servicios sociales fundamentales y agravando el colapso ambiental.
Invocando el legado de Thomas Sankara, se condenó enérgicamente el uso de la deuda como arma y como herramienta política y económica de control sobre los países empobrecidos y en desarrollo del Sur. Como expresó Mae Buenaventura, de APMDD: “Muchos países del Sur Global enfrentan angustias de deuda, crisis o están al borde del incumplimiento de sus pagos. Las altas tasas de interés de los préstamos comerciales han obligado a los países a recortar drásticamente el gasto público, priorizando los pagos de la deuda sobre las necesidades de sus pueblos.”
Las y los participantes alertaron sobre lo que consideran la continuación del colonialismo económico, el imperialismo y el dominio mediante el control financiero y de capital institucionalizado. Tal como está diseñado actualmente, el sistema financiero global nunca atenderá las necesidades urgentes de los países históricamente desposeídos, ni permitirá la realización de la justicia económica y ambiental. Integrantes de la Red han sostenido desde hace tiempo que el sistema económico dominante, arraigado en el capitalismo neoliberal, prioriza las ganancias y beneficia a los individuos, naciones y corporaciones más ricos a expensas de los derechos humanos y el bienestar de los pueblos.
Bancos de Desarrollo y la Trampa de la Deuda
Los Bancos Multilaterales de Desarrollo, Bancos Regionales de Desarrollo, Bancos Públicos de Desarrollo y otras instituciones financieras globales alimentan un sistema financiero extractivista, desigual e incompatible con las necesidades actuales del Sur Global. Estas instituciones y sus políticas financieras fueron creadas estratégicamente para mantener los legados coloniales mediante prácticas y condiciones financieras injustas. Desde promover deudas insostenibles a través de financiamiento basado en préstamos excesivos, imponer condicionalidades injustas y priorizar los pagos de la deuda, hasta financiar falsas soluciones climáticas impulsadas por corporaciones mediante préstamos.
Por ejemplo, en Asia, el Banco Asiático de Desarrollo está financiando proyectos de energía geotérmica bajo el pretexto de una “transición justa” que, como señaló Titi Soentoro, de Aksi!, han “desplazado comunidades, dañado el medio ambiente y aumentado las cargas de deuda.”
Pero no solo en Asia se observa cómo los bancos de desarrollo están jugando un papel clave en hundir aún más a los países en la trampa de la deuda. En diversas regiones, estos bancos están otorgando préstamos para financiar falsas soluciones a la crisis climática, en nombre del desarrollo sostenible. A menudo, estas inversiones ignoran las salvaguardas de derechos humanos, carecen de transparencia y son desconocidas por el público. Sin embargo, como compartió Rosario Fassina, del International Accountability Project, herramientas como el Energy Finance Tracker están desempeñando un papel clave al exponer las contradicciones de los llamados proyectos de energía verde, que en realidad generan más deuda: “Debemos utilizar las herramientas disponibles, por ejemplo los mecanismos de quejas, para empezar a exigir responsabilidades a estos bancos.”
Para transformar verdaderamente la arquitectura financiera, las y los integrantes exigen la cancelación incondicional de las deudas ilegítimas y coloniales. Como enfatizó Shereen Talaat, de MENA-Fem, “Necesitamos un nuevo orden económico y financiero capaz de ofrecer soluciones de financiamiento y climáticas de manera urgente y sostenible.” Nuestras economías deben estar ancladas en el cuidado y la solidaridad, como afirma la recientemente publicada Declaración de Rabat, que traza alternativas a la economía extractivista.
La cancelación de la deuda debe ir acompañada de un marco de justicia reparadora que reconozca las responsabilidades históricas de las potencias coloniales y neocoloniales, así como de las instituciones privadas, que deben rendir cuentas por su contribución a la policrisis de deuda, cuidados y clima. Como señaló Catherine, del Foro y Red Africana sobre Deuda y Desarrollo (AFRODAD), muchos de los países altamente endeudados heredaron sus obligaciones financieras de los regímenes coloniales, y se les deben reparaciones.
Construyendo un Frente Unido por Nuestro Derecho al Futuro
Para garantizar el Derecho al Futuro, debemos seguir organizándonos, haciendo campaña y conectando las luchas de todos los pueblos oprimidos. En el espíritu de Sankara, debemos reconstruir un frente unido contra la deuda, liderado por las comunidades en resistencia que ya tienen las soluciones necesarias para lograr una transformación profunda.
Desde Ginebra hasta Belém, estas luchas están dando forma a los procesos globales —desde las negociaciones del Tratado Vinculante sobre Empresas y Derechos Humanos hasta la COP30 y el Embargo Global de Energía por Palestina— uniendo las demandas por justicia de la deuda, justicia climática y rendición de cuentas corporativa.
Como Red-DESC, continuaremos movilizándonos por nuestro Derecho al Futuro e invitamos a todas nuestra membresía y organizaciones aliadas a unirse a nosotras para amplificar estas demandas y lograr justicia para los pueblos y el planeta.


