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Miércoles, Diciembre 13, 2023
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Aunque algunos ya describen la COP28 como un paso histórico para abordar el futuro de los combustibles fósiles, muchas y muchos miembros de la Red-DESC creen que los acuerdos alcanzados son solo otro conjunto de falsas soluciones donde los contaminadores y el mercado continúan explotando el planeta y a nuestros pueblos. Este camino nos mantiene atrapados en el círculo vicioso del agravamiento del caos climático y las cadenas de la deuda para muchos países pobres mientras luchan por recuperarse del impacto de la crisis ambiental.

La COP28 arrancó con el acuerdo para poner en funcionamiento el Fondo de Pérdidas y Daños, que todavía tenía muchas lagunas . El Fondo se creó después de 30 años de esfuerzos colectivos para asegurar la rendición de cuentas de los países desarrollados por sus responsabilidades históricas de cara al pago por el impacto de las pérdidas y daños. Sin embargo, los compromisos prometidos ascienden apenas a US$770,6 millones, una suma alarmantemente insuficiente. Los países no han logrado garantizar que el monto prometido sea nuevo, adicional a su Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) y al compromiso de financiamiento existente, y en realidad este se asignará en su totalidad a la puesta en funcionamiento del Fondo. Incluso en ese caso, la cantidad está lejos de los US$400.000 millones  estimados que se requieren anualmente como pago mínimo para abordar de inmediato el impacto de las pérdidas y daños. Estos temas fueron enfatizados repetidamente en una rueda de prensa organizada por la Red-DESC, Asia Pacific Forum on Women, Law and Development (APWLD) y Women and Gender Constituency (WGC).

Se supone que la COP es el espacio más eficaz para la toma de decisiones y para detener la crisis climática causada por los países ricos y los mayores responsables de la crisis ambiental. Sin embargo, no vemos eficacia en los objetivos fijados para mitigar los impactos climáticos, descarbonizar la vida o eliminar progresivamente los combustibles fósiles. Ésta es nuestra obligación colectiva de preservar la vida de todas las personas en el planeta. Los pueblos de América Latina y el Caribe no deben pagar las consecuencias de las brutalidades catastróficas de los emisores del Norte Global. Exigimos que asuman la responsabilidad por los daños, que acaben con la crisis y hagan del mundo un lugar sostenible para la vida presente y futura
— Martha Devia Grisales, Comité Ambiental en Defensa de la Vida, Colombia

Antes de la COP28, miembros de la Red-DESC se habían reunido para consolidar el análisis sobre los problemas y su posición colectiva sobre cómo abordar las pérdidas y los daños para brindar justicia y rendición de cuentas a los pueblos. Sin embargo, la COP28 ha fracasado completamente en estas demandas y una promesa es una promesa. Quedan dudas sobre los plazos de cumplimiento y la preocupación crítica de cómo el Banco Mundial administrará este Fondo, a pesar de su notorio historial de dañar a las comunidades, violar los derechos humanos y alimentar la captura y la deuda corporativa. La defensa del principio de Responsabilidades Comunes pero Diferenciadas (CBDR, por sus siglas en inglés) también se hizo eco en la sala plenaria liderada por la sociedad civil y muchos países del Sur Global a lo largo de la Conferencia.

El resultado de la COP28 nos lleva a una encrucijada. Sin un reconocimiento consistente del principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas y de derechos humanos en todos los temas de la agenda, se corre el riesgo de erosionar la confianza en el proceso. Este reconocimiento es inadecuado en el documento final y, de cara al futuro, debe reflejarse en recursos y no en retórica: eliminación gradual equitativa y financiada de los combustibles fósiles, con los países desarrollados brindando asistencia financiera en forma de subvenciones para una transición justa en el Sur Global; un aumento de 10 veces en la financiación de la adaptación de acuerdo con el Informe sobre la Brecha de Adaptación de las Naciones Unidas; y reformas profundas a la arquitectura financiera internacional en temas como impuestos y deuda, creando el espacio fiscal para que los países del Sur Global emprendan una transición justa que coloque los derechos humanos en el centro de la acción climática.
— Sergio Chaparro Hernández, Dejusticia

Al mismo tiempo, el proceso de Balance Global (Global Stocktake o GST), como evaluación integral del progreso mundial en la acción climática, ha indicado que es fundamental acelerar radicalmente las acciones y ambiciones globales para abordar la emergencia climática. Pero, una vez más, el Documento Final del primer Balance Global se centra irónicamente en falsas soluciones como la captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS, por sus siglas en inglés), la nuclear y un lenguaje retorcido con expresiones como “eliminar gradualmente los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles” como una manera de recuperarse de la crisis global.

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La captura corporativa y el colonialismo de carbono al descubierto

La COP28 también resultó albergar al menos a 2.400 miembros de grupos de presión defensores de los combustibles fósiles, batiendo un nuevo récord con un aumento del 400 % con respecto al mayor número de delegaciones registrado en 2022. Su presencia plantea serias preocupaciones sobre la captura corporativa, lo que sugiere una creciente interferencia de intereses creados.

Esto se suma a una opresión sin precedentes y las severas restricciones a la libertad de expresión y reunión impuestas a la sociedad civil durante la Conferencia. Esto resuena particularmente cuando los movimientos por la justicia climática denuncian al Israel del apartheid por sus crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad durante el transcurso de la Conferencia. En la sesión plenaria de clausura, Bolivia y Colombia también destacaron explícitamente el genocidio en Palestina y la complicidad de los países en el actual derramamiento de sangre.

Es devastador ver el resultado de la COP28. El documento final del Balance Mundial no aborda la eliminación gradual inmediata de los combustibles fósiles e ignora los derechos humanos. Además, las restricciones hacia la sociedad civil son muy preocupantes, especialmente porque nos vamos a enfrentar a otro espacio político represivo, Azerbaiyán, como anfitrión de la próxima COP
— Ahmed Elsaeidi, Egyptian Initiative for Personal Rights, Egypt

El resultado de la COP28 defrauda a las comunidades, agravado por la hipocresía del Norte Global, en particular de Estados Unidos, que afirma que defiende la eliminación gradual de los combustibles fósiles mientras pide una aceleración de la CCUS, entre otras soluciones falsas. Conforme la Conferencia llegaba a su fin, la presidencia de la COP28 ignoró enteramente la solicitud de intervención nacional de Samoa y siguió adelante con la adopción de los documentos finales. Samoa, en nombre de la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS, por sus siglas en inglés), fue rechazada por los países ricos por haber registrado su reserva a la adopción del GST debido a la falta de consultas; de hecho, el bloque ni siquiera estaba en la sala cuando se tomó la decisión.

El resultado de la COP28 es una prueba de cómo los defensores y promotores de la energía nuclear, la geoingeniería y los combustibles fósiles conquistaron el espacio. Estamos consternados por el resultado y la hipocresía de los países desarrollados que siguen negando su responsabilidad histórica, consolidando el mercado de carbono e imponiendo instrumentos generadores de deuda e insumos en el financiamiento climático. Como dijo Bolivia, estamos llegando a una nueva era de colonialismo del carbono. Aunque estamos enojados, ahora entendemos mejor quién está con nosotros y a quién nos enfrentamos. La COP28 es la lucha que perdimos, pero nuestros movimientos no se rendirán ante el resultado de la CMNUCC. Continuaremos nuestro trabajo para movilizar y organizar a los pueblos y a las feministas del Sur Global
— Wardarina, Asia Pacific Forum on Women, Law and Development

Muchos científicos aseguran que este año es el más caluroso jamás registrado Sin embargo, con la dirección que han tomado las negociaciones climáticas globales, extendiendo la alfombra roja para que los intereses creados de las empresas sigan ardiendo, parece que no tardaremos en poder batir el récord del calor de 2023. Es terriblemente preocupante ver cómo los países ricos e industrializados están jugando con la supervivencia del planeta, dejando a las comunidades de primera línea devastadas por el impacto de las pérdidas y los daños en aras de las ganancias. No podemos hablar de abordar de manera significativa la crisis climática junto con el evidente impacto de las pérdidas y daños si no nos basamos en los derechos humanos, la justicia y la rendición de cuentas.

Con un resultado de la COP28 que huele a petróleo y gas, junto con la ausencia de esfuerzos significativos para una transformación real y soluciones climáticas, incluida una reducción drástica de las emisiones globales, nos enfrentamos a un duro campo de batalla para hacer realidad nuestra visión colectiva de una transición justa y equitativa hacia el camino de la justicia climática.

Vea sobre nuestro evento paralelo oficial de la COP28 sobre Pérdidas y daños, derechos humanos y rendición de cuentas corporativa.

Más testimonios de nuestra membresía:
Una y otra vez presentamos todas las pruebas de los impactos catastróficos de la crisis climática, pero ¿realmente hemos sido escuchados, vistos o sentidos por quienes están en el poder? Aquellas empresas y gobiernos que tienen todos los recursos financieros, la tecnología, la información y la capacidad no solo para proteger sino también para salvar lo que queda: esta COP ha roto una vez más promesas interminables de mantener el 1,5 y eliminar gradualmente los combustibles fósiles. Esta COP es una transacción comercial que nos roba nuestra propia humanidad. Hacemos un llamamiento a todos los que luchan sobre el terreno para que no perdamos la esperanza. Nos unimos a nuestro poder y les mostraremos que seguiremos resistiendo al colonialismo del carbono y al capitalismo verde. Elegimos estar en el lado correcto de la historia y juntos luchamos por un futuro habitable
— Kavita Naidu, member of the Advisory Group of the Environment and ESCR Working Group
¡Los líderes mundiales están haciendo oídos sordos a las voces de los pueblos! Están ignorando nuestros mensajes de justicia climática y continúan agravando la crisis climática. Nuestras demandas son lo suficientemente claras para que todos las entiendan. Nos vamos de la COP28 con muchas de nuestras demandas ignoradas y mermadas. ¡Permítanme recordarles que la tierra sigue siendo el recurso más peligroso para proteger y representa más de la mitad de todos los ataques contra mujeres, defensores de la tierra y del medio ambiente! ¿Con cuántas vidas más están dispuestos a acabar los contaminadores porque valoran y priorizan las ganancias por encima de las personas? ¡Sin ganar la lucha para proteger a las personas defensoras no hay justicia climática!
— Radiatu Kahnplaye, Natural Resource Women Platform, Liberia
La crisis climática está devastando a personas y comunidades en todo el mundo. El acuerdo acordado en la COP28 no refleja esa realidad y, por el contrario, es un testimonio de la persistente evasión de responsabilidades de las naciones ricas. El primer Balance Global no logró poner en evidencia el cambio necesario para evitar más pérdidas y daños al dejar la llamada eliminación gradual de los combustibles fósiles llena de lagunas y distracciones peligrosas. Este fracaso conducirá a más violaciones de derechos humanos en un momento en el que la CMNUCC debería comprometerse con una acción climática basada en los derechos, tal y como exigen la justicia y la ciencia
— Lien Vandamme, Centre for International Environmental Law
Los países desarrollados han ido asfixiando poco a poco la justicia de las salas de la COP, dejando el terreno abierto para que los defensores de los combustibles fósiles tomasen el poder. El Fondo de Pérdidas y Daños fue víctima del sistema, condenado a la recaudación de fondos e impulsado por países que no reconocen su responsabilidad legal por el daño infligido a las comunidades de primera línea
— Adrian Martínez Blanco, La Ruta del Clima