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El Center for International Environmental Law (CIEL) utiliza el poder de la legislación para proteger el medio ambiente, promover los derechos humanos y asegurar una sociedad justa y sostenible. CIEL intenta contribuir a un mundo donde la ley refleje la interconexión entre las personas y el medio ambiente, respetando los límites del planeta, protegiendo la dignidad y equidad de cada persona y que anime a todos los habitantes de la tierra a vivir en equilibrio con los demás.

CIEL busca alcanzar su misión a través de la investigación e incidencia, educación y entrenamiento legal, enfocado en conectar los retos globales a las experiencias de las comunidades en el terreno. En el proceso, construyen y mantienen alianzas duraderas con comunidades y organizaciones sin fines de lucro de todo el mundo.

CIEL utiliza cuatro herramientas legales para que el cambio sistémico tenga el mayor impacto en apoyo de su misión y el trabajo de sus aliados en el mundo: 

  • Fortalecer la legislación y los sistemas internacionales para proteger el medio ambiente y los derechos humanos; 
  • Empoderar a las comunidades utilizando la legislación internacional para defender sus tierras; 
  • Desarrollar e incidir en nuevas estrategias y estándares globales para los flujos financieros internacionales; y 
  • Reforzar las herramientas legales para balancear el poder de las empresas e incrementar la rendición de cuentas extraterritoriales. 

A través del uso, fortalecimiento y ensayo continuo de estos enfoques en muchos aspectos de sus programas, el objetivo de CIEL es crear nuevas herramientas legales cuyo potencial exceda de lejos su propia capacidad de utilizarlas. Al hacerlo, buscan empoderar a comunidades y ONGs mucho más allá de aquellas con las que trabajan directamente y, al empoderar el movimiento en su mayoría, permitir cambios a mayor escala. 

Para tener el mayor impacto, enfoca sus esfuerzos en cuatro áreas clave: proteger a los niños y las familias de los riesgos tóxicos; acelerar la transición para abandonar los combustibles fósiles; aminorar la expansión de la minería de minerales y otras industrias extractivas; y salvaguardar los bosques, las personas y la biodiversidad.