En todo el mundo, las mujeres y las niñas realizan cerca de tres cuartas partes del trabajo de cuidado no remunerado, y dos tercios de las personas trabajadoras de cuidado remuneradas son mujeres. Desde cocinar y limpiar hasta cuidar a niños, personas mayores o enfermas, este trabajo esencial sostiene a las familias, las comunidades y las economías enteras. Sin embargo, sigue siendo invisibilizado, infravalorado y profundamente desigual.
La crisis mundial del cuidado—evidenciada de manera dramática durante la pandemia de COVID-19—ha mostrado cómo los gobiernos priorizan a las corporaciones y a los sectores privilegiados, mientras descuidan a quienes brindan y dependen del cuidado. Esta desigualdad está enraizada en un pacto social al que las mujeres nunca accedieron, uno que naturaliza el cuidado como “tarea femenina” y refuerza la discriminación estructural, la explotación y la feminización de la pobreza.
Es hora de cambiarlo.
¿Por qué el cuidado es una cuestión de derechos humanos?
El cuidado no es solo una responsabilidad personal o familiar: es un derecho humano fundamental. Todas las personas tienen derecho a recibir cuidados, a brindarlos en condiciones dignas y a cuidarse a sí mismas. Sin embargo, los estereotipos patriarcales y los modelos económicos neoliberales han desvalorizado e invisibilizado este trabajo, limitando las oportunidades de las mujeres y excluyéndolas de los espacios de decisión.
Reconocer el cuidado como un asunto de derechos humanos implica transformar las estructuras que sostienen la desigualdad, garantizar justicia para las trabajadoras de cuidado (remuneradas y no remuneradas) y crear condiciones para que las comunidades prosperen.
Las 6R del Nuevo Pacto Social sobre el Cuidado
A partir del análisis colectivo de la Red-DESC y sus miembros en 76 países, se proponen seis ejes fundamentales—las 6R—para avanzar hacia un pacto feminista y basado en derechos humanos:
- Reconocimiento
- Medir y hacer visible el papel de las mujeres y las niñas en el cuidado no remunerado y su valor social y económico.
- Transformar los estereotipos que feminizan e infravaloran el cuidado.
- Reconceptualizar el cuidado como acción de sostenimiento de la vida.
- Redistribución
- Redistribuir el cuidado entre mujeres y hombres.
- Impulsar la capacidad del Estado para proporcionar cuidados de calidad.
- Garantizar que el sector privado favorezca un cuidado digno y respetuoso con los derechos.
- Facilitar condiciones para la provisión de cuidados por parte de actores comunitarios, como cooperativas y redes locales.
- Reducción
- Disminuir la carga del cuidado no remunerado, especialmente para mujeres en situación de pobreza.
- Invertir en tecnologías, infraestructuras y servicios públicos de calidad que ahorren tiempo.
- Derechos
- Reconocer el derecho humano a recibir y brindar cuidados de calidad.
- Hacer realidad la igualdad sustantiva, abordando formas interseccionales de discriminación.
- Ampliar y garantizar los derechos de todas las personas cuidadoras, con acceso a protección social.
- Reforzar el acceso a la justicia de las trabajadoras remuneradas y no remuneradas.
- Representación
- Asegurar la participación significativa de trabajadoras de cuidado y redes comunitarias en la gobernanza de las políticas de cuidado.
- Fortalecer la transparencia y la rendición de cuentas en la provisión de cuidados públicos y privados.
- Reformular la economía
- Transitar hacia una economía regenerativa y redistributiva basada en el cuidado y los derechos humanos.
- Ampliar el acceso a servicios públicos de calidad y enfrentar la privatización.
- Construir una arquitectura financiera internacional más justa, incluyendo la cancelación de la deuda ilegítima.
Hacia un futuro más justo
Transformar la forma en que entendemos y organizamos el cuidado no es solo una cuestión de igualdad de género: es repensar nuestras economías y sociedades para poner la vida en el centro, antes que las ganancias. Un nuevo pacto social sobre el cuidado es urgente para desmontar las desigualdades estructurales y construir un futuro regenerativo y basado en derechos para todas y todos.