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Martes, Octubre 7, 2025

En los territorios rurales, indígenas, afrodescendientes y campesinos de Tolima, el Comité Ambiental en Defensa de la Vida (CADV) llevó a cabo un proceso de investigación comunitaria para documentar cómo el cambio climático —combinado con las industrias extractivas— ha afectado el medio ambiente, los medios de vida y la cultura. El trabajo abarcó municipios como Coyaima, Chaparral e Ibagué, colocando en el centro a mujeres, jóvenes, personas mayores y portadores de saberes locales.

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Participantes de la investigación liderada por la comunidad sobre pérdidas y daños en Tolima durante uno de los talleres. Foto cortería de Comité Ambiental.
La crisis climática no es algo lejano ni abstracto para nosotros: es la vida cotidiana —se refleja en las cosechas perdidas, la escasez de agua, los ciclos de siembra alterados y la desaparición de las plantas, animales y tradiciones que han guiado nuestras vidas por generaciones.
Comité Ambiental en Defensa de la Vida.

Enfoque de la investigación

La investigación examinó:

  • La crisis climática, estrategias de adaptación y mitigación.
  • Extractivismo y derechos humanos.
  • Pérdidas ambientales, culturales y espirituales derivadas del cambio climático y los proyectos extractivos.
  • Impactos en fuentes de agua, biodiversidad y soberanía alimentaria.
  • Prácticas comunitarias de resiliencia como la agroecología, la protección de semillas, la cosecha de agua lluvia, la medicina ancestral y la educación ambiental.

Estos temas fueron elegidos porque reflejan las realidades interconectadas de las comunidades locales, donde el cambio climático es inseparable de la identidad cultural y la lucha política.

Principales hallazgos

  1. Pérdida de bosques y páramos
    La deforestación acelerada y los incendios forestales —provocados por la sequía, las quemas descontroladas y el aumento de las temperaturas— están destruyendo ecosistemas vitales para la regulación del agua y el equilibrio climático. Con ellos desaparecen especies nativas, rutas de fauna y saberes tradicionales.
  2. “Acorralamiento” de especies
    Las comunidades observan cómo plantas y animales, antes de desaparecer, se desplazan a hábitats cada vez más reducidos y hostiles. Sin alimento ni refugio, muchas especies colapsan en sus ciclos vitales: una advertencia silenciosa de extinciones locales.
  3. Agotamiento y contaminación del agua
    Quebradas, manantiales y ríos como el Saldaña se reducen por la sequía y el uso excesivo debido a la minería y otras actividades extractivas, mientras los desechos industriales y la deforestación contaminan las zonas de recarga. Algunas comunidades deben caminar largas distancias para conseguir agua limpia, dependiendo de cisternas de lluvia como medida de resiliencia.
  4. Disminución de la biodiversidad y de los polinizadores
    La pérdida de abejas, mariposas y aves amenaza la polinización de cultivos y la regeneración de los ecosistemas. Jóvenes apicultores advierten que los pesticidas, los cambios de temperatura y la deforestación ponen en riesgo a estas especies clave.
  5. Pérdidas culturales y espirituales
    Los calendarios agrícolas alterados, la desaparición de plantas medicinales y el desplazamiento forzado están rompiendo la continuidad cultural. Mujeres lideresas hablan de la pérdida de artesanías, gastronomía ancestral y medicina tradicional: pérdidas imposibles de medir económicamente, pero esenciales para el bienestar colectivo.
  6. Declive agrícola e inseguridad alimentaria
    El clima extremo, la degradación del suelo y las plagas reducen las cosechas de maíz, yuca, frijol, plátano y ajonjolí. Esto debilita la seguridad alimentaria, especialmente de mujeres y niñas, y erosiona la soberanía sobre las semillas.
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Durante el taller, las y los participantes utilizaron el mapeo corporal y otras metodologías participativas de investigación. En la foto, uno de los mapas que muestra las pérdidas y daños en la comunidad y sus impactos. Foto cortesía del Comité Ambiental en Defensa de la Vida.
Participación comunitaria y metodología

La investigación se desarrolló en cinco fases:

  • Formación de grupos comunitarios de investigación para definir objetivos y responsabilidades.
  • Talleres de fortalecimiento de confianza, integrando narración de historias, mapeo cuerpo–territorio y diálogo de saberes.
  • Mapeo participativo de los impactos climáticos y los proyectos extractivos.
  • Diseño colectivo de soluciones, combinando conocimientos locales y científicos.
  • Encuentros de cierre para compartir hallazgos, materiales y testimonios audiovisuales.

La participación fue inclusiva, se priorizaron las decisiones colectivas y el cuidado de las personas y del territorio guió todo el proceso. El mapeo cuerpo–territorio resultó especialmente transformador, permitiendo a las y los participantes —en especial mujeres y jóvenes— expresar las pérdidas desde la conexión íntima entre cuerpo y tierra.

Lo que funcionó bien

  • Visitar cada comunidad en su propio territorio fomentó la confianza y el diálogo abierto.
  • Las narrativas basadas en la identidad revelaron luchas personales y colectivas.
  • El mapeo cuerpo–territorio creó un espacio para la expresión emocional y la claridad política.

Desafíos

  • Condiciones climáticas extremas que limitaron la asistencia.
  • Negligencia institucional e influencia corporativa.
  • Fatiga emocional al revivir pérdidas dolorosas.
  • Desigual acceso a tecnología e información.
Lo que superó nuestras expectativas fue la profundidad y fuerza de las historias comunitarias —especialmente de mujeres, jóvenes y personas mayores. El proceso se convirtió en un ejercicio de memoria, sanación y afirmación territorial.
Comité Ambiental en Defensa de la Vida.
EIWEN Kenya CLR LossandDamage Credit@EIWEN
Impacto

Esta investigación fortalece el trabajo político, jurídico y educativo del CADV por la justicia climática al:

  • Documentar violaciones sistémicas de derechos humanos y bioculturales vinculadas al cambio climático y al extractivismo.
  • Alimentar la educación popular, incluyendo un nuevo currículo sobre “Pérdidas y Daños”, ahora incorporado en la formación ambiental de Ibagué y compartido con comunidades rurales.
  • Inspirar iniciativas comunitarias como proyectos de reforestación y agroecología liderados por mujeres.
  • Incrementar el liderazgo de las mujeres en espacios de incidencia local y nacional.

Mensajes clave para las y los responsables de decisiones y aliados

Las comunidades ya enfrentan pérdidas irreversibles, pero también ofrecen soluciones reales.
Esto no se trata solo del clima: se trata de espiritualidad, cultura, identidad y la supervivencia de otras especies.
La justicia climática comienza escuchando a los territorios.

Próximos pasos

  • Campañas por el derecho humano al agua.
  • Propuestas de política pública basadas en el conocimiento comunitario.
  • Integración de los hallazgos en los planes municipales de educación y medio ambiente.
  • Ampliar la difusión del currículo sobre “Pérdidas y Daños”.

Al fundamentar la justicia climática en la experiencia vivida, esta investigación convierte el conocimiento local en poder político, reafirmando que nuestras historias son evidencia y nuestra resistencia es conocimiento.

El video “Raíces resilientes: Historias de resistencia frente a la crisis climática” fue creado por las y los participantes de la investigación, a partir de los resultados obtenidos en el proceso participativo de investigación comunitaria.
Publicación final

Descargar la publicación resultante de la investigación liderada por la comunidad sobre pérdidas y daños en Tolima, Colombia (en español).