NAFSO trabaja principalmente con comunidades de pescadores a pequeña escala y también con pequeños agricultores, trabajadores agrícolas, comunidades de plantaciones y mujeres de todos los sectores para garantizar la soberanía alimentaria a través de la justicia de la tierra, la justicia de género, la justicia climática y enfoques generales de derechos humanos y justicia social. Durante las décadas de adopción de políticas económicas neoliberales, desde 1978, más de 45 años, los pequeños productores de alimentos, las mujeres y los jóvenes han experimentado una grave destrucción social, económica, medioambiental y política, así como la degradación de las violaciones de los derechos humanos. Cuando la gente se movilizó para prevenir, resistir y hacer valer sus derechos, la respuesta del gobernante fue brutal e inhumana hasta un nivel insoportable. Algunas de las principales reivindicaciones eran liberarse de la dominación, la explotación y también de la discriminación contra la humanidad. Sin embargo, el levantamiento de este pueblo fue brutalmente aplastado militarmente y mediante la guerra. Durante este periodo nuestro país experimentó dos grandes derramamientos de sangre: uno en el sur en el periodo 1987-1989, que mató o hizo desaparecer a 60.000 personas, jóvenes en particular, y después de 2005 a 2009 también en el norte, que mató o hizo desaparecer a más de 100.000 personas en el país.
Inmediatamente después del fin de la guerra, los gobernantes de Sri Lanka presentaron un plan en el que se afirmaba que necesitábamos tener una visión que apuntara a 2030 y que luego se ampliara hasta 2050. Se creó un departamento específico, denominado “Departamento Nacional de Planificación Física”, que era la principal institución encargada de planificar y diseñar el futuro del país. El departamento presentó un nuevo plan llamado “Plan Nacional de Desarrollo Físico”, conocido como NPP 2013-2030. El NPP no tiene en cuenta las economías rurales del país, los pequeños agricultores, los pescadores, las comunidades de las plantaciones, los productores de leche, los trabajadores agrícolas y las mujeres de todos estos sectores que dependen de la tierra, el agua, los bosques, las costas, las lagunas, los mares y, en general, las personas que dependen de los recursos naturales. La mayoría son agricultores, pescadores y comunidades de plantaciones afectadas por el NPP. La gente se moviliza aisladamente e intenta emancipar su situación en forma individual. Pero el problema es enorme y requiere esfuerzos colectivos para superarlo como grupo de personas preocupadas por los derechos humanos, el derecho a la alimentación, el derecho a la tierra, al agua, a la educación, a la salud, a la vivienda y muchos más. En una situación así, pudimos colaborar con el trabajo de investigación global de la Red-DESC, que es una investigación liderada por la comunidad, y llevarlo a plataformas nacionales y globales para abordarlo colectivamente.
