Summary
El caso llegó hasta la Corte Suprema de la India por vía de una apelación contra la sentencia de un Alto Tribunal de Bombay que revocaba la prohibición por parte del gobierno de Maharashtra de los espectáculos de danza en bares en todo el territorio estatal. La prohibición data de agosto de 2005 y vedaba “todo tipo de danza” en un “local gastronómico, espacio con licencia para vender bebidas alcohólicas o bar”, pero excluía espectáculos de danza en hoteles de tres o más estrellas, y otros establecimientos de primer nivel. El estado justificó la prohibición argumentando que la danza en los bares corrompe la moral, fomenta el tráfico de drogas y la prostitución, y causa la explotación de las bailarinas de bares. Debido a la veda, 75.000 mujeres quedaron sin trabajo. Muchas de ellas no tenían ninguna otra manera de ganarse la vida. Las estadísticas indican que un 68 por ciento de las bailarinas de bares eran las únicas proveedoras de ingresos de sus familias. Aunque existía un programa de rehabilitación, no se lo llevaba a la práctica. El desempleo y las dificultades económicas obligaron a varias bailarinas de bares a abandonar el estado o a practicar la prostitución, mientras que muchas se suicidaron.
El 16 de julio de 2013, la Corte Suprema, en una decisión revolucionaria, se inclinó a favor de los derechos de las bailarinas de bares. La sentencia confirmó la decisión del Alto Tribunal de Bombay, la cual afirmaba que la veda de los espectáculos de danza violaba el derecho a ejercer una profesión/ocupación consagrado en el artículo 19(1)(g) de la Constitución y que al prohibir la danza en algunos establecimientos mientras se la permitía en otros se violaba el derecho a la igualdad emanado del artículo 14 de la Constitución.
La Corte Suprema señaló que “las restricciones de la naturaleza misma de la prohibición no pueden considerarse razonables, teniendo en cuenta que podría haber varias alternativas más leves que hubieran sido adecuadas para asegurar la seguridad de las mujeres sin llegar a la prohibición completa de la danza…” La decisión criticó duramente la prohibición al afirmar que “el remedio es peor que la enfermedad” dado que, al contrario de su propósito, la prohibición condujo a que muchas mujeres debieran prostituirse. La Corte destacó que era más apropiado tomar medidas que aseguren la seguridad y mejoren las condiciones de trabajo de las bailarinas de bares. En lugar de limitar la libertad de las mujeres, darles más poder sería un enfoque más defendible y más aconsejable desde el punto de vista social.