El Impacto Global de la Deuda
El Impacto Global de la Deuda Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés), alrededor de 3.3 mil millones de personas, casi la mitad de la humanidad, ahora viven en países donde los gastos en intereses de la deuda superan las asignaciones para educación, salud y seguridad social. Además de verse obligados a agotar fondos para servicios públicos esenciales, las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) han impuesto reformas políticas en estos mismos países que recortan aún más el gasto público, eliminan protecciones laborales y derechos de los trabajadores, aumentan impuestos, privatizan servicios y bienes esenciales, entre otras medidas de austeridad que afectan desproporcionadamente a comunidades marginalizadas. La austeridad y la privatización afectan especialmente a las mujeres, reduciendo el acceso a servicios vitales y aumentando el trabajo no remunerado de cuidado, empujando a muchas personas hacia la deuda personal. Además, la deuda soberana ha negado al Sur Global los recursos tan necesarios para abordar los derechos humanos y los impactos dañinos de la crisis climática y económica, ya que los recursos disponibles se han priorizado para el servicio y pago de la deuda.
Quién está detrás de la Carga de Deuda del Sur Global
¡Aquí radica el verdadero dilema! La actual crisis de deuda soberana es creación de los países del Norte Global. A medida que las tasas de interés se reducían durante la última década, las instituciones financieras alentaron a los países a endeudarse. Esto condujo a un escenario en el que los inversores se beneficiaban de tasas más altas ofrecidas a países más empobrecidos. Sin embargo, cuando la inflación golpeó a los países ricos, las tasas de interés aumentaron, lo que posteriormente cargó a los países endeudados con mayores obligaciones de deuda. Estos países altamente endeudados, que ya enfrentaban las repercusiones de la COVID-19, el aumento de los costos de alimentos y energía, y la desaceleración económica, se vieron obligados a desviar el gasto público, especialmente recortando salarios y gastos sociales, para priorizar los pagos de deuda.
Las ramificaciones de este predicamento son evidentes, con la mayoría de la población experimentando un declive en el bienestar. Lo que es menos evidente son los beneficiarios de tales circunstancias: bancos de inversión, instituciones financieras y personas adineradas que actúan como los principales prestamistas a los gobiernos. A lo largo de todo esto, el FMI, a menudo considerado como el eje de este sistema financiero, ha defendido consistentemente los intereses de estos beneficiarios, aunque a expensas de cientos de millones en todo el mundo. Esto ejemplifica lo que denominamos “injusticia de la deuda”.
La Crisis Global de Deuda se Profundiza: Llamados a una Reforma Urgente
A lo largo de 2023 y 2024, numerosos países enfrentaron cargas de deuda abrumadoras. Los niveles de deuda son particularmente altos en estas economías de ingresos medios bajos, incluyendo a Egipto con un 92 por ciento del PIB, Angola con un 84.9 por ciento y Kenia con un 70.2 por ciento. La UNCTAD alertó sobre una crisis de deuda sistémica que se vislumbra en el horizonte y llamó a una reforma urgente de la arquitectura global de la deuda. Este punto fue enfatizado aún más por movimientos sociales, grupos feministas, organizaciones de la sociedad civil, pueblos indígenas y comunidades resistentes durante una “Contracumbre” creada como un espacio alternativo para discutir la reorganización urgentemente necesaria de la arquitectura financiera global. La Red-DESC, Eurodad, Debt Justice fueron algunas de las redes globales que participaron en la contracumbre para amplificar los llamados a centrar los derechos humanos y poner fin a las condiciones injustas impuestas por el FMI y el Banco Mundial.